Capítulo 27

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-¿Estas enojada?- preguntó la mañana siguiente. 

  Lo ignoré. Si, si estaba enojada. No, no quería responderle. Debería saberlo, era bastante obvio. Sabía bien que no me gustaba responder cosas obvias. Después de lo que había pasado la noche anterior, cuando me echó, no podía esperar que no me enojara. 

-Princesa...

-Theo- lo interrumpí- dile que me deje tranquila.

   El se cruzó de brazos y no dijo nada mientras caminábamos hacia el gran comedor. 

-Que infantil...- murmuró Pansy.

   Yo le saqué la lengua y fui a sentarme. Si, tal vez era algo infantil.

   Ignoré al albino por el resto del día. No parecía querer disculparse por lo que había pasado, así que yo tampoco le prestaría atención. Daphne y Hunter estaban en una situación similar, ninguno quería ceder y ambos estaban equivocados de alguna manera ¿Porqué nadie me había dicho que estar con alguien sería complicado? Todo era culpa de las novelas y Disney, que te decían que conocerías a alguien que te enamoraría y nunca te lastimaría. Mentira. El que Draco me llamara "amiga" cinco años me lastimaba, al igual que el que no confíe en mi o intente alejarme de mis amigos.

-Es que tenés que mover menos la varita...- le estaba diciendo a Hunter, cuando alguien me interrumpió.

-¡As!- bufé, antes de darme vuelta para ver a Drake ¿Cuando entendería que no me interesaba?- Tienes que ver esto. El también.

Lo seguimos hasta las mazmorras y nos indicó que guardaremos silencio, mientras hacía que nos asomemos hacia el pasillo, donde logré ver en primer y horroroso plano algo que me había atormentado en mis pesadillas. Era Draco besando a otra chica. Daphne, para ser exactos. Podía escuchar mis propios latidos acelerados, mientras que se me ocurrían varias formas de hacerlos pagar. Podría dejarlos calvos o dejarlos colgando de la torre de astronomía, hasta que la cuerda cediera y ellos cayeran A UNA MUERTE SEGURA "Cálmate, Astrid, no quieres ir a Azkaban" me dije.

-Voy a matarlo...- murmuraba Hunter.

-No- dije, tomando su brazo- Déjalos, ya se nos va a ocurrir algo para que deseen nunca haberlo hecho.

Tras decir eso, le indiqué que me siguiera hacia el lago negro.

Lo que acababa de ver era lo que causaba mi mal presentimiento. No había querido creer que fuera algo grave, pero si lo fue. Sinceramente, lo único que quería era convertirme en lobo e intentar escapar de nuevo. No quería estar cerca de el y, como tampoco quería ir a Azkaban, no me agradaba la idea de ver a Daphne.

-Somos miserables- comentó Hunter.

Estábamos recostados sobre el pasto junto al lago, mirando hacia el cielo, pensando en lo que acababa de pasar y en una venganza justa y, de preferencia, legal.

-Al menos somos dos miserables, eso es mejor que uno. -respondí, intentando hacer que parezca menos horrible.

Había leído sobre eso de que el primer amor es el que más duele, pero yo simplemente sentía un vacío. Literalmente podía sentir como mi pecho se hundía en la zona de mi corazón, como si le faltara un pedazo.

-Tres, Hermione sigue sin poder hacer que Ron reaccione- agregó.

-Deberíamos invitarla para ser miserables juntos.

   El asintió. Como si la hubiéramos invocado, la Gryffindor se nos acercó. No sabía porqué no estaba con Ron o Harry, pero tampoco quería saberlo.

-¿Que hacen?- preguntó, ladeando la cabeza.

-Estamos siendo miserables- respondí, sin mirarla- ¿Te unes? 

    Ella aceptó y se recostó a mi lado. Podríamos hacer un club de gente miserable, así podríamos juntarnos y sentir pena por nosotros mismos y planear venganzas. En realidad, no era tan mala idea. Con el cerebro de Hermione podríamos hacer pagar a quién se lo mereciera. Tal vez incluso podríamos cobrar por ayudar a otros a vengarse...

-¿Porqué están en el piso?- preguntó Ginny.

   Me asusté, no la había oído venir. 

-¿Te nos unes? Cuatro miserables son mejor que uno- dijo Hunter, cuando terminé de explicarle porqué estábamos ahí. 

  Ella se encogió de hombros, y se recostó, dejando sus pies junto a la cabeza de Mione y su cabeza a unos centímetros de la de Hunter. 

  Ninguno hablaba, todos estábamos perdidos en nuestros pensamientos. Yo, por mi parte, no podía dejar de preguntarme ¿Que idiota nos haría algo así a Hunter y a mi? Todos sabían que lo más probable era que los matemos. Ninguno de los dos perdonaba y no teníamos a nadie que pudiera frenarnos.

   Al rato, vino Luna, quién se recostó junto a Ginny, sin decir una palabra. 

-¿Que hacemos?- preguntó, después de un rato.

-Sentirnos mal por nuestras vidas- respondí- ¿Vos también te sentís mal?

-No, pero los acompaño.

   Después de un rato, las tres se fueron, dejándome con Hunter. Ninguno de los dos hizo nada por un rato. 

-¿Que les vamos a hacer?- preguntó, después de un rato.

-Empecemos por algo suave, yo digo que usemos la pirámide. 

   El asintió. "La pirámide" era como llamábamos a una forma de venganza, se empezaba de forma suave, y cada golpe se iba intensificando, desgastándolos, hasta que llegábamos a la "punta de la pirámide" que era el último golpe, el que les enseñaría que nadie podía hacernos algo así.

-¿Y cuando terminemos?- preguntó.

-Nos vamos- dije, como si fuera obvio- No pienso volver de las vacaciones de navidad. Si me detesta, no va a ir a buscarme. Además, no quiero estar acá cuando quién-ya-sabes venga. Aprecio mi vida.

-Bien, pero hay que planear a donde vamos a ir. No pienso irme de acá sin un buen plan. 

   Asentí, tenía razón. Más adelante nos ocuparíamos de eso, antes que nada, necesitábamos ocuparnos de la venganza. No había forma de que me fuera sin que el albino pagara. Me había traído de vuelta solo para tratarme mal y besar a otra. Yo era una persona, no un adorno para verse bien. Era por eso que no me gustaban los que eran como Drake, pero pensé que Draco era diferente. Al final, no era mucho mejor de lo que eran Pansy y Astoria...

   De repente, una tristeza enorme me inundó. Me puse a llorar. Me sentía tonta e ilusa. Yo no era así, o al menos eso quería creer. Mientras las lágrimas caían por mis mejillas, me preguntaba que me estaba pasando. No sabía porqué estaba triste, si lo único que debería sentir era ira.

   Hunter me abrazó y, por un segundo, pené en lo fácil que hubiera sido si hubiera estado con el. Ambos éramos leales a morir, ninguno de los dos haría lo que hicieron Draco y Daphne. Tampoco discutiríamos porque le caían mal mis amigos, el nunca sacaba ese tema. Rápidamente espanté la idea. Si, hubiera sido fácil, pero seguiríamos comportándonos de la misma forma, no sabíamos actuar de otra manera cuando estábamos juntos. Siempre sería así, una amistad extraña. No habría equilibrio. 

Su Mejor Amiga (Draco Malfoy) -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora