La hija de mi profesor

¿Clases juntos?

Era la única clase en el cual tenía que madrugar, pero valía la pena, era con mi nuevo tutor, fue sorprendente lo rápido que me adapte a él. Me senté en la segunda banca de la primera fila porque la primera ya estaba ocupada, una mochila estaba ahí. 

Ella entró al salón y atrás su papá, me miró un poco sorprendida, pero me dedicó una cálida sonrisa. 

Se presentó el curso y la forma de trabajo, en equipos, ¡maldición! no conocía a nadie.

-No se preocupe, yo trabajo con usted, por eso papá me trajo. 

-Cómo diga usted señorita.

Nos dedicamos una sonrisa y levantamos la mano y ella dio el tema de exposición. Terminó la clase y nosotros tres nos quedamos al final.

-¿Cómo le está yendo en sus clases?

-Bien, tengo muy buenos alumnos a lo que vi en sus exámenes de diagnostico, excepto una.

-¿En serio?

-Así es. Es la mejor de todas, sacó un 100. Aquí tengo su examen.

Miró las repuestas y sonrió.

-¿A caso no sabes quién es?

-No, apenas los estoy  conociendo.

-Bueno, voltea hacía allá y encontrarás la respuesta.

Y ella estaba ahí, con una sonrisa burlona mientras me saludaba con la mano.

-Ya sino, es su hija.

-Pero ella le gusta la Historia.

-Seguiré los pasos de mi padre.

Pasamos platicando un alrededor de una hora, ya tenía que apurarme para mi clase con los muchachos de bachillerato.

-Disculpe, ya me tengo que retirar, tengo una clase que dar.

-¿Sí quieres te puedo llevar? tengo que llevarla a ella.

-Está bien, muchas gracias.

Mientras nos dirigíamos a nuestro destino quise iniciar una plática aún más informal y cuestioné a mi alumna.

-Señorita, ¿no se supone que debería de estar en clases desde primera hora y no llegar a la última del día?

-Bueno, es que en Madrid tome algunas similares a las de aquí, solo revalidé las que concordaban en el programa.

-¿Y cuántas estás cursando?

-Sólo dos y me falta la de Trayectoria de Aprendizaje Especial, aún no sé cuál tomar.

-Cuando yo estudiaba era otro plan de estudios que al tuyo, no sabría como ayudarte.

-Varios compañeros me dijeron que Teatro, pero no estoy muy segura, dicen que es un excelente profesor.

-¿Qué otras hay?

-Promoción a la lectura, Escritura, Fotografía, Primeros Auxilios, Promoción a la Salud, aunque si me lo pregunta, prefiero las dos primeras.

-¿Teatro y lectura?

-Lectura y Escritura. Pero de igual manera tengo que ver sí hay cupo en alguna de las dos.

Por un momento miré hacia adelante y vi como su padre me miraba por el retrovisor, ¿acaso está celoso?

-Emmanuel, ¿podrías bajar aquí?, te dejaría en la entrada, pero creo que no está bien que un practicante sea visto entrando junto con una de su alumnas.

-Tiene razón. Muchas gracias, señorita la veo en un momento.

Bajé del carro, no sabía sí lo hacía por celos o porque de verdad le importaba.

Llegué mi aula y todavía faltaban 10 minutos para que saliera el profesor en turno, me senté en una de las bancas más cercanas y ella se dirigía hacia mí.

-¿Gusta uno?

Extendió uno de sus sándwich de su mochila.

-No sé si ha comido y tiene clases en la tarde.

-Gracias.

-Cuando guste.

Ella siguió comiendo y yo la acompañaba, mientras platicábamos lo que se podía platicar.

-Sabe, papá me pidió que lo cuidará y además me regaño por no haberle dicho que usted era mi profesor, pero le dije que no estaba segura de que sí usted era el chico del otro día. Espero poder reunirnos pronto para empezar con el trabajo de su clase. Mañana tengo libre y podemos empezar a trabajar en la oficina de papá, a menos de que usted tenga otros planes.

-Por mí está bien, ¿te parece sí nos vemos a las 10:00?

-Claro ahí lo veré.

Se levantó del lugar y en ese momento se abrió la puerta del salón, el profesor salió del lugar y ella ingresó tomo el asiento en el cual se había sentado en mi clase pasada y ahí se encontraba una hoja, la miré de reojo y su nombre estaba en ella, la miró y solo la puso dentro de su mochila.

Empecé mi clase y al finalizar, encargue el primer trabajo que tenían que hacer para mí.