Ya había pasado una semana desde que mis padres se fueron a España; mi tío Javier me visitaba a diario y a pesar que se proyecta como un hombre serio, siempre me hacia lo imposible para hacerme reír, sin duda alguna el mejor de mis familiares.
Después de sus visitas hacía diversas actividades de las cuales quería hacer semanas antes y revisaba mi certificado de estudios de Madrid y veía el plan de estudios para ver que materias debería cursar y cuales podría revalidar. De igual manera me ponía al corriente de los mensajes que enviaban mis amistades en España y de las personas que había conocido en el semestre, los cuales me invitaban a salir, pero tenía de excusa ayudar a papá en su trabajo a la distancia o las ocasiones en las cuales, Marcial me llamaba a los ensayos, aunque ya no salía en la obra.
Al fin tenía más tiempo y me acordé de Emmanuel, ya tenía varios días sin verlo, pero no debía molestarle, sé que estaría trabajando en lo que papá le pidió y no lo distraería de su obligaciones, tomé el escapulario y miré a la mujer de blanco que ahí estaba bordada;
No sé si tu existencia es real o no, pero pediré de tu favor, como dicta la tradición, que cuides a la persona que te entrego conmigo y de igual manera que nos guíes en el camino, para saber sí estamos destinados a estar juntos en la vida.
Nuevamente la guardé en el cajón de mi mesa de noche cuando el teléfono sonó eran mis padres avisando que estaban bien y preguntando por mí y antes de colgar me dijo que una sorpresa venía en camino. Sabía que llegaría a más tardar en quince días y esperaba estar en casa cuando llegara, ya que estaría de regreso a la aulas, así que tenía que disfrutar el par de semanas que tendría de descanso.
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La hija de mi profesor
RomanceMi cabeza no deja de darle vueltas al mismo asunto, pensar que mi amor tiene que seguir siendo secreto, de una u otra manera perjudicaría a esta familia que amablemente me abrieron las puertas de su hogar y que me apoyaron en todo momento. Seguirá s...