Terminado el semestre.

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El semestre estaba llegando a su fin, estaba apunto de terminar los últimos trabajos para obtener mis calificaciones y yo estaba por entregarle a mis alumnos sus calificaciones, sonreía al ver los resultados obtenidos, todo tenían una buena calificación, pero lo más difícil sería ver cómo me calificarían a mí.  

Saludé a los chicos y les entregué la evaluación que me harían, la mayoría comenzó a reír, Miguel se molestó al pasar sus ojos por la hoja y Carolina contestaba, eran dos preguntas, muchos comenzaron por la segunda, la última pregunta para tu profesor, dónde los chicos serían libres para realizarme cualquier cuestionamiento de manera anónima.

Después de media hora comenzaron las preguntas, había desde las más cómicas, propuestas de matrimonio, preguntaban sí sería su maestro el próximo semestre, hasta que...

-¿Por qué mantiene una relación amorosa con una de sus alumnas?

 Miré a mi grupo y puede ver una sonrisa maliciosa en Miguel.

-Saben, jamás haría eso. Es una falta de respeto de mi parte hacia ustedes, nunca he mantenido alguna relación extra-escolar y si esto fue por la obra que se presentó en la escuela, fue ficción y si un día se llegarán a enterar de un caso similar, no seré yo el protagonista. 

-¿Quiénes fueron sus alumnos favoritos?

-Pues son aquellos que vienen a clases, respetan a sus compañeros, leen sus lecturas, hacen tareas, participan, preguntan, ellos son mis favoritos y si ustedes no hacen eso, todavía están a tiempo de ser alumnos favoritos de cualquier profesor.

-Entonces ¿Carolina es su favorita?-, alzó la voz Miguel.

-¿Perdón? 

-Ella es su favorita.

-Sí fuera así, creo que hubiera sacado un 100.

-¿Entonces, cuánto sacó?

-75

-¿Y yo?

-98

Todos comenzaron a preguntar por sus calificaciones y después me despedí de ellos.

-Jamás los olvidaré por haber sido mis primeros alumnos, no sé que me espera en esta escuela después de concluido el semestre, pero espero que se hayan divertido igual o más que yo.

Muchos aplaudieron, Miguel salió del salón, varios se acercaron para la foto del recuerdo y ella seguía sentada, pensando en salir, pero sabía lo que podía pasar allá afuera. Antes de que se fueran los alumnos que seguían ahí pregunté: 

-¿Te pasa algo?

-¿Por qué me puso eso?

-Deja termino de atenderlos para que veas que fue lo que te falló.

-Sino me queda de otra, así será.

El salón quedo en silencio, se acercó al escritorio.

-¿Cuál fue mi calificación?

-¿De verdad quieres saber?

-Sí.

-Te fue bien.

-Pero no tenía que exponerme así frente a todos.

-No te enojes, lo hice para evitar que se saliera con la suya, espera la sorpresa en línea. 

Una línea en sus labios querían dibujar una sonrisa pero su miraba estaba baja.

-¿Te pasa algo?

-¿Te volveré a ver?

-Sí vuelves al lugar dónde nos encontramos la primera vez, ten por seguro que ahí estaré.

Nos abrazarnos y ella mientras sollozaba sobre mi pecho. La separé de mi lado, limpié sus lágrimas con mis pulgares.

-No llores, me duele verte así, haría cualquier cosa por no verte llorar.

Se paró de puntas, se acercó a mi y sus labios se plasmaron sobre los míos, no sabía si corresponder a su acción, se separó de mí, tomo sus cosas y se fue del salón sin mirar atrás.   

   

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La hija de mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora