Nuevamente estamos trabajando en la oficina y la exposición sigue avanzando de maravilla y eso que nuestra nosotros correspondemos a las últimas exposiciones, hoy agregamos 4 municipios más.
Sentía que día a día crecía una confianza entre los dos y eso hacía crecer una relación de hermandad.
Amo verla sonreír y admiro la forma en que hace todo para salir adelante. Sus trabajos en mis clases son de los mejores y sin exagerar.
-Bueno, ¿la lees tú o yo?
-Creo que yo, mi niñero ya lo hizo por mi.
Mi bella historiadora, ojalá no fuera tan tímido para decirte los sentimientos que he guardado en mi corazón, espero que me llegues a amar como yo lo he hecho contigo. Para la próxima semana dejaré un regalo para ti, espero que te guste.
-Tengo una lista de los que escriben similar al anónimo.
-¿También hay mujeres?
-Así es.
-Bueno, entonces toma otra foto y sigue revisando, es más, sí quieres te puedo ayudar.
-Estaría encantado de recibir en mi casa a tan distinguida persona.
-Solo tengo que decirle a mis padres. Así de paso me acompañas a ver los resultados de las audiciones.
-Pensé que te dirían ayer.
-No, porque no sólo fuimos estudiantes de su clase.
-Entiendo, entonces, me gusta la idea.
-Bueno, sí me dejan ir, ¿dónde nos vemos? y sobre todo ¿cómo me comunico contigo?
-Mira, este es mi número de teléfono...
Dicté cada uno de los números, ella lo marcó y quedó registrado.
Carolina:
Llegué a mi casa y saludé a mis padres e hice la pregunta:
-¿Puedo ir a casa de Emmanuel?
-¿Ya le tienes tanta confianza?
-Lo que pasa es que lo voy a ayudar a encontrar algo que nos concierne.
-¿Y qué es?
-Saber quién es la persona que deja esa notas los jueves antes de sus clases.
-Ah, eso, ¿y cómo van?
-Hay hombres y mujeres.
-¿Pero no has hablado con las personas que te juntas?
-Sí, pero dicen que la primera hora ya están esas cosas ahí.
-Está bien, puedes ir.
-Gracias, prometo llegar en casa antes de las 4:00.
-Es algo tarde, ¿no?
-Sí, pero tengo que ver los resultados de las audiciones mañana.
-Oh bueno, esperamos que te vaya bien.
-Gracias.
Ya más tarde, antes de dormir, escuché a mis padres subir las escaleras y venían platicando:
-¿No crees que hay algo más entre ellos?
-Serían muy obvios, según yo.
-Pues se comportan muy normales.
-Sólo el tiempo lo dirá.
Se cerró la puerta de su habitación y ya no se escuchaba nada.
No mamá, no papá, Emmanuel es mi amigo, mi verdadero amor es no correspondido.

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La hija de mi profesor
RomanceMi cabeza no deja de darle vueltas al mismo asunto, pensar que mi amor tiene que seguir siendo secreto, de una u otra manera perjudicaría a esta familia que amablemente me abrieron las puertas de su hogar y que me apoyaron en todo momento. Seguirá s...