El Rescate.

13 1 0
                                    

-¿Pero qué está pasando? Le marcaré a Carlos.

-Por favor, tranquilícese, lo que meno quiero es llamar su atención.

-¿De quién?

-La persona que enviaba cartas a su hija.

-Lo pondré en su lugar.

-No puedo arriesgarme a que le pase algo, venga conmigo.

Nos acercamos a los asientos cercanos a la puerta y lejos de la vista periférica de Miguel y yo tenía que protegerla, mientras se escuchaba "Segunda Llamada", me acerqué a la puerta y Marcial me detuvo el paso.

-Ya no te puedo dejar pasar.

-Entonces dígale a Caro que él está aquí y cuídela, como yo quisiera hacerlo.

-¿Pasa algo malo?

-Alguien quiere lastimarla.

-Tú has visto muchas veces los ensayos y antes de la escena de la despedida, entra con una bata de médico que dejaré en la picaporte de la puerta y le diré que se desmaye .

-Gracias por tu ayuda Marcial.

Regresé al lugar donde estaba la maestra Guadalupe y le conté el plan para que no se llevará algún susto.

Marcial:

Todos estaba listos para comenzar y Carolina se veían concentrada, a pesar de que no quería causarle algún problema, tenía que decirle.

-¿Estás lista?

-Preparada.

-Tengo que decirte que habrá un par de cambios.

-¿Por qué?

-El profesor Emmanuel me dio un recado para ti; "él está aquí".

Se puso pálida ante aquellas palabras.

-¿Estás bien?¨

-Si, no se preocupe.

-El otro cambio es que tendré que darte el beso, en el vídeo no quedó bien.

Solo asintió, aunque lo que más le preocupaba era "él".

-Andrea podría tomar tu lugar en caso de que no quieras arriesgarte.

-Puedo hacerlo, solo que no sé que pasará al final.

-Por eso no te preocupes, ya le dije a él que se acerqué con una bata de médico y tú te vas a desmayar.

-Espero que mi mamá no se asuste.

Carolina:

"Tercera Llamada; Comenzamos."

Pasaron treinta minutos de la obra y llegamos al beso:

-Podrías quedarte un momento, necesito que veas las fallas de tu trabajo.

-¿Sacar 100 es una falla?

-Solo deseaba hablar contigo un momento.

-Lo escucho.

-Últimamente me han pasado muchas cosas desde que llegué a este salón y por más vueltas que le doy al asunto, no encuentro alguna explicación coherente.

-Me está asustando.

-Diez años atrás, mi prometida falleció en un accidente en carretera y jamás me volví a enamorar de alguien, hasta ahora.

Marcial me sujetó como lo había hecho en los ensayos pero mi mente me llevó al día en el cual Emmanuel me iba a besar en la oficina de papá y mis diálogos salían cuidadosamente, evitando que el nombre de Emmanuel se saliera de mis labios. 

-No puedo creer lo que dice, ¿enamorado de mí?

-Perdóname.

Se acercó y posó su labios cuidadosa y serenamente. Después, agitada susurré:

-Profesor...

El final se acercaba, miré al público y vi una figura acercarse, sabía que todo terminaría.

-Cómo saben, hoy es el último día de clases y estoy feliz por su desempeño. Ahora comenzaran una nueva etapa que todos quieren alcanzar, pero pocos terminarán. Siempre estaré aquí para lo que necesiten.

Se escuchó el típico sonido del timbre de la escuela y salimos por la puerta simulada, conté los segundos para pasar nuevamente.

-Pensé que te irías sin despedirte.

-Para qué despedirme, sí comenzaremos un camino juntos.

-Será difícil, lo que viene...

Cerré los ojos y me dejé caer, se escucharon gritos, unos pasos acelerados en el escenario se dirigían a donde yacía en el suelo y la voz de Marcial: -¡abajo el telón, abajo el telón! 


La hija de mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora