✖¿Esto Es Amor?✖ (BL) FINAL I

XXIV

"La ayuda necesaria"
--------------------+-------------------

— Antes de empezar... —. Estiré mi mano hacia él — Dame todas las armas que tengas —. Gruño.

Esto me recordaba tanto a los viejos tiempos.

—Cualquier cosa puede ser un arma —. Responde Alexander. Yo ruedo los ojos.

—Dame cuchillos, cuchillas, pistolas... Cualquier cosa de ese estilo —. Digo serio. Alexander suspira, saca de su bolsillo una navaja, me sorprendo a ver que era la misma navaja que me entregó hace ocho años.

Incluso ya estaba algo oxidada.

Después de entregarmela me dio unas pequeñas y finas cuchillas que escondía entre telas de su ropa, estás eran las que había sacado el día que la policía lo acorraló en su mansión.

Tras darme todo eso suspiró y se sentó de golpe en el sofá.

—¿Y ahora qué? —.

—Me vas a decir qué es lo que te ocurrió —. Alexander se pone nervioso.

—¡ANDREW!—. Llama al pequeño, yo gruño, ¿está tratando de evitar decirme?

—¿Sí, Alex? —. Pregunta con esa vocecilla tierna mientras se acerca hacia nosotros.

—Dile a Marcus dónde estamos —. Elevo una ceja. Andrew me mira con ilusión.

—¡Estamos en Japón! —.

—En Shibuya, para ser exactos —. Añade Alexander.

Abro los ojos sorprendido y sonrío anchamente.

Makoto dijo que volvió a Japón junto a Hanna, y que ambos estaban viviendo en Shibuya.

Me emocioné bastante, pero no me dejé llevar.

—¡Eso es genial! Pero, Andrew cariño... Alexander y yo queremos hablar de cosas de adultos a solas, ¿te importaría irte a jugar a tu cuarto? —. Andrew sonrió.

—¡Claro! —. Responde antes de irse dando pequeños saltitos hacia su cuarto.

—¿Creiste que te librarías de decirme sobre ti entreteniéndome? —. Alexander suspira. Yo me siento a su lado.

El azabache agacha la cabeza y coge aire.

—Cuando era pequeño... La mujer que me trajo al mundo trabaja en un prostíbulo —. En ese instante me sentí horrible por haber dicho cosas que no debía — Nunca conocí a mi padre, y trabajé allí desde pequeño, recibiendo algún que otro castigo por la inexpertibidad... —. Añade.

Yo escuché con atención toda su historia, en toda ella su pulso temblaba, y su mirada estaba perdida...

Como si realmente viera esos recuerdos con sus propios ojos mientras los contaba.

Entendí el por qué de las cosas. El por qué su actitud fría y distante, el por qué la conducta agresiva en él.

Apoyé mi mano sobre su hombro cuando por último contaba cuando desgraciadamente le quitó la vida a Alan.