XXXII

657 124 74
                                    

"Difícil elección"
-------------------+------------------

Mi cabeza duele, siento enormes pinchazos.

Poco a poco parece que mi mente se despeja, logro abrir los ojos pero al principio todo es borroso, como varios píxeles revoloteando.

Mi oído se agudiza, escucho voces distorsionadas...

¿Dónde estoy?

Parpadeo varias veces tratando de recuperar mi visión, acabo encontrándome a unos metros en frente de una pared de madera que me resulta familiar...

Miro a mi alrededor, estoy sentando en una silla amarrado de manos y pies, el lugar en el que me encuentro es obvio: Mi casa de campo.

Unos gritos que al fin logro percibir distorsionan del todo mis pensamientos.

—¡Estás loco! —.

—¡Era lo mejor que podía hacer, tú eras el que quería que viniera! —.

—¡Nunca te pedí que lo secuestrarás! ¿¡De verdad es tu hobbie!? —.

—¡Sabes muy bien que mi hobbie es rebanar cabezas! —.

—A veces eres un idiota —.

Me quedo callado mirándolos hasta que los recuerdos de todo llegan a mi mente.

—¿¡Qué mierda hago aquí!? ¿¡Por qué estoy atado!? —. Ambos dejan de discutir y me miran.

—... —. Marcus se queda callado.

—Te he traído aquí a la fuerza porque Marcus estaría triste si no estabas —.

—¿¡Me has secuestrado!? ¡Marcus haz el favor de controlar a tu pareja o lo que sea este asesino! —. Grito lleno de tensión, me muevo en la silla tratando de liberarme.

—Agradece que no te ha desmembrado o algo así —. Responde. Mierda... ¿Qué haré aquí? ¿Me va a matar? ¿Marcus no hará nada?

—Dejen de hablar de mí como si no estuviera —. Gruñe Alexander — Ahora te desato —. Añade acercándose a mí, se arrodilla delante mía y empieza a desatarme con delicadeza... Tanta, que me sorprende viniendo de un asesino con demasiada fuerza como él.

Cuando termina yo me agarro ambas muñecas y las muevo adolorido.

—Estais locos —. Gruño levantándome, me dirijo hacia la salida de la casa pero Alexander me detiene agarrando mi brazo y colocándolo detrás de mi espalda para luego estamparme de cara contra la pared, doy un quejido — ¡Suéltame maldito demente! —. Pido tratando de liberarme, realmente es muy fuerte.

—Alexander, no le hagas daño —. Gruñe Marcus.

—No le estoy haciendo daño, solo le he neutralizado —. Responde este, yo sigo dando quejidos, mi brazo duele demasiado, siento que en cualquier momento me lo va a romper.

—Llamame loco... Pero si se está quejando es porque lo dañas —. Dice sarcástico Marcus.

—M-Mi brazo —. Gimo de dolor. Alexander gruñe para luego soltarme.

✖¿Esto Es Amor?✖ (BL) FINAL I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora