✖¿Esto Es Amor?✖ (BL) FINAL I

XXXIII

"No quiero volver"
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Acabo de despertarme.

Y literalmente ya temo por mi vida.

¿Qué mierda hace Alexander caminando por los pasillos a las 2:00 am?

¿Por qué camina mientras susurra cosas?

Froto mis ojos entre un gruñido. Me incorporo en la cama y; tratando de esfocar mi vista, parpadeo varias veces hasta que mis ojos se acostumbran a la iluminación lunar actual.

Me siento en el borde de la cama y me levanto, agarro mi pistola de dardos tranquilizantes, que está en el último cajón de la mesilla de noche. También cojo un pequeño revólver que siempre llevo en el bolsillo de mi pantalón por si acaso.

Me levanto del colchón y camino hacia la puerta, que da al pasillo por el que he visto varias veces a Alexander andando y susurrando cosas.

Algo suena, viene de la cocina, parece el sonido de cubiertos chocando entre si.

Ando con cuidado por el pasillo, con la pistola de dardos en mano. Me asomo por el esquinazo antes de pasar por cada pasillo o puerta hasta llegar a la cocina.

Me asomo levemente por la puerta, tal vez solo ha ido a por un vaso de agua, pero toda precaución es poca viniendo de un asesino como él.

— A-Alan... —. Escucho que susurra entre el silencio de la noche — No... No debo matarlos, n-no digas esas cosas Alan —. Añade, frunzo el ceño, ¿está hablando con alguien dentro de su mente cierto?

Cuando se mueve logro ver que tiene un cuchillo en la mano.

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.

Salgo de mi escondite y le apunto con la pistola de dardos. Enciendo la luz de la cocina sorprendiéndolo y cegándolo por unos segundos.

—¡Alexander deja el arma! —. Grito histérico.

—... Tú no nos mandas —. Responde con una sonrisa inquietante que me produce intimidación y temor.

—No quieres hacer esto, deja el arma y no tendré que dispararte —. Digo tratando de llegar a un acuerdo.

—¡Alan dice que mientes! —.

—Alan también puede mentir ¿no? Tú no quieres hacerle daño a Marcus y él te suele decir que lo hagas ¿verdad? Debes ignorar esa voz —. Trato de ponerme en su lugar y con ello lograr convencerle. Al parecer funciona porque deja el cuchillo encima de la encimera y agacha la cabeza.

— Y-Yo lo siento, me dejé llevar por culpa de una pesadilla —. Susurra, eleva sus brazos en el aire para mostrar que no está armado.

Me acerco con precaución a él y reviso sus bolsillos y demás partes del cuerpo para comprobar que en efecto ya no posee ningún tipo de arma... Hasta que encuentro en su zapato una pequeña navaja de bolsillo.

— E-Es un recuerdo, es lo único que mi madre tenía de mi padre —. Justifica, yo lo miro desconfiado — Es importante para mí... No lo toques —. Añade amenazante.