Locked In [larry stylinson]

Capítulo 88. Gifted.

Antes de que puedan notar el paso de tiempo, Louis y Harry se encuentran yendo de un lado a otro en tiendas de ropa y juguetes, a contra reloj buscando obsequios que a Louis le parezcan apropiados, y a Harry le parezcan no vomitivos. Tienen tres semanas antes de que sea el día de Navidad, y los Tomlinson, como siempre, se toman esto muy en serio.

—¿Crees que a Phoebe le guste esto?— sostiene un par de zapatos frente al rostro del rizado.

—Si, por supuesto— los toma —Sólo tienes que esperar unos setenta años para dárselos, así ya serán apropiados.

El castaño le quita los zapatos, y rueda los ojos —Decir que no sería suficiente.

Ríe ligeramente —Louis, esos zapatos son visiblemente para niñas ancianas.

—Perdón por no tener tan agudo sentido de la moda— mira al rizado reír, y sonríe ligeramente —Oye...— llama, como quien no quiere hacerlo, pero siente que necesita hacerlo.

—¿Dime?— con sus manos recorre los estantes, revisando los diferentes tipos de calzado.

—¿Qué harás en Navidad?

Harry lo mira, y se encoge de hombros —No sé.

—Porque dijiste que siempre ibas a Francia en estas épocas, pero eso es porque tenías que, así que... ¿Cuál es tu plan este año?

Lame sus labios, y suspira pesadamente —Aún no lo sé, pero no me he preocupado demasiado, la verdad, no es tan importante para mí.

—¿Qué cosa no es tan importante?

—Las fiestas— sigue buscando —Sé que tú esperas todo el año a que lleguen las fiestas y sé que son muy importantes para ti...— saca una caja, con unos zapatos rosas oscuro en su interior —...pero para mí son simplemente días.

Louis toma la caja, revisando su contenido —Así que, ¿planeas quedarte en casa viendo televisión?

—Las películas de Navidad me gustan.

Lo mira, con expresión seria, casi molesta —Bueno, si cambias de opinión, puedes venir a la cena en mi casa, espero que seas consciente.

Sonríe, y asiente con la cabeza —Voy a estar bien— le da un beso en la sien, y sigue con su búsqueda —Tú eres quien no estará bien si no te apuras, en diez minutos son las tres.

Frunce el ceño, y saca su móvil —Mira eso, ya tenemos que ir a comer.

—Y no has comprado nada más que un muñeco feo del Capitán América— sale de la tienda, con el castaño siguiéndole.

—Bueno, tengo derecho a regalarme cosas, ¿no?— dice, abrazando la bolsa contra su pecho —Y no es feo, tú eres feo.

Rueda los ojos con diversión —Por supuesto que sí— lo rodea por los hombros con un brazo, y camina más rápido, haciendo que el castaño acelere su paso.

—¿En serio no te gusta?— sonríe, y se detiene de golpe, sin esperar una respuesta —Oye, ¿y si me compro un Soldado del Invierno?

—Louis, no.

—¡Si!— sus ojos iluminados dan la impresión de que acaba de tener la mejor idea del universo