Nayeon
Desperté mucho antes que Momo. Últimamente me gustaba hacerlo. Despertar antes que ella significaba dos cosas, que podía mirar su espalda desnuda que hacía contraste con las sábanas blanca de la cama y también, significaba que podía tener mi tiempo para pensar. Estar con Momo era increíble, no sólo por todo lo que había tenido que pasar para poder estar con ella si no, que me hacía sentir una persona normal. Una persona que no tenía que tomar pastillas para poder mantenerse sobria. Lo genial de Momo es que ella me hacía sentir una persona normal y no una adicta. Cuando me mira puedo notar la sinceridad y pureza de su mirada, ella no ve a una persona adicta frente a ella si no, a la mujer que ama... mujer que ama. Suena lindo en mi cabeza.
Cómo todas las mañanas, antes de abandonar nuestra cama dejó un pequeño recorrido de besos en su espalda. Desde el cuello hasta su espalda baja, ella no despierta pero sé que su cuerpo siente mi presencia. Su piel se eriza ante el contacto de mis labios y me siento la mujer más agradecida del mundo. Todas las mañanas preparo el desayuno para las dos pero, no lo tomamos juntas. Mi reloj biológico está un poco adelantado a comparación con el de Momo así que, simplemente la dejo dormir.
El espacio de tiempo que hay entre que me despierto y Momo se despierta es de aproximadamente una hora y media. Así que tengo ese lapsus de tiempo para pensar en donde ir este día y de tranquilizarme si es que, llegase a tener algún tipo de ataque de ansiedad por mi adicción. Desde que estaba con Momo no pasaba mucho pero, cuando pasaba trataba de estar sola o de alejarme, no quería que ella sufriera las consecuencias de mi adicción. Aunque, cada vez me sentía mejor sabía que, mi tratamiento tenía que ser de por vida. No podía dejarlo, estaba consciente de lo débil que podía llegar a hacer.
Dejé el desayuno de Momo listo en el mesón de la cocina y tomé el mío en la terraza del cuarto mirando la hermosa vista que tenía frente a mis ojos. Llevábamos dos días en el cuarto haciendo el amor, era hora de salir. Mientras me servía mi taza de café el celular me vibró. Era Sana.
-Vi que le respondiste a algunas fans en Instagram así que infiero que estas despierta.
-Lo estoy. ¿Cómo estás?, ¿Cómo te ha ido en tus vacaciones?
-Muy bien, perdón por mandarte un mensaje pero estoy nerviosa!!!!
-¡Oh! Momo me contó ayer. Que escondido lo tenías Sana.
-Dahyun siempre quiso contarlo, creo que estamos en un buen momento cómo para hacerlo.
-Momo me contó lo que querían hacer al llegar a Corea, creo que sería bueno que nosotras igual lo hiciéramos.
-Esa es la respuesta que buscaba. Espero que tengan un lindo día en Paris.
Me quede releyendo los mensajes unas cuantas veces. ¿En serio Sana y Dahyun estaban juntas?. Traté de pensar en algún momento que me salte de ellas dos. ¿Cómo lo pudieron ocultar tanto tiempo sin que nadie se diera cuenta?. Me alegraba por ellas, si había alguien a quien le deseaba lo mejor del mundo era a Sana. Ella había sido un apoyo para mí todo este tiempo, estuvo cuando nadie más lo hizo y, aunque la decepcioné en algunas cosas siguió apoyándome.
-Hey – una de las cosas que se me olvidó mencionar era, que me encantaba despertarme más temprano que Momo porque, tenía la costumbre de dormir solo con sus pequeñas tangas y cuando despertaba se levantaba así. No le importaba cubrir su escultural cuerpo y me dejaba apreciarlo de pies a cabeza. Probablemente yo soy una de las integrantes más confiadas de Twice pero, estaba segura que si las chicas supieran esto de Momo no pensarían lo mismo.