27.- La última noche

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Sana

La mezcla del baile, la música y el alcohol nos había llevado, a todas a un momento de excitación que fue difícil de entender. No entendí en que momento pasamos de la pista de baile al baño del pub. Sólo entendí lo que pasaba cuando tenía a Dahyun con su torso desnudo sentada sobre mi cuerpo. Podríamos haber hecho el amor en ese preciso momento pero, gracias a Dios mi cabeza tuvo un segundo de lucidez y nos detuvimos. No me sorprendió ver salir a Momo y a Nayeon del cubículo del baño que se encontraba algunos metros más allá. Lo único que deseaba era poder llegar a casa y estar con Dahyun.

Cuando llegamos a casa no hablamos entre nosotras, cada una entró a sus respectivos cuartos sin decir nada. Con Momo sabíamos que probablemente nos escucharíamos tener relaciones con otras personas por primera vez pero, poco y nada me importaba. Seguía envuelta por esa esa espesa aura erótica que nos envolvió a Dahyun y a mí en ese baño. Quería besarla, tocarla y no soltarla más.

-Por fin – cerré la puerta y al darme vuelta Dahyun estaba con el torso desnudo sentada sobre nuestra cama – Woow – no podía quitar mis ojos de encima.

-Vamos a continuar esto donde lo dejamos.

Dahyun corrió hacia dónde me encontraba de pies, saltó hacia mi cuerpo y abrazó mis caderas con sus piernas. Giré mi cuerpo y pegue la espalda desnuda de Dahyun en una pared. Sentí cómo dejo escapar un pequeño gemido al momento, en que su piel hizo contacto con la fría pared. Las manos de Dahyun comenzaron a arrancar prenda por prenda a una velocidad increíble. Había hecho el amor con ella tantas veces pero esta, esta era extrañaba. Mis ganas por ella superaban cualquier otra situación anterior que hayamos tenido juntas. Mientras la besaba y la tocaba no podía dejar de imaginarme lo que, se venía más adelante. Era algo inconsecuente imaginármelo cuando la tenía frente a mí, sobre mis caderas, besándome como si no existiera un mañana.

-Llévame a la cama – cuatro palabras que hicieron que bajaran todas mis defensas.

Sentir la piel de la persona que amas de esta manera tan privada, como lo era dos cuerpos en una cama, era increíble. Es una experiencia difícil de explicar, incluso. En ese mismo momento, se te es difícil entender lo que está sucediendo.

Tenía el cuerpo de Dahyun debajo de mí. Podía sentir como temblaba cada vez que succionaba la piel de su cuello, su clavícula, sus pechos. Y, cada vez que ella arañaba mi espalda o dejaba sus uñas marcaba en mi piel no podía evitar decirle que la amaba. Ella me miraba directamente a los ojos, podía entender, con solo mirarla lo que quería decirme pero, se le hacía imposible. No había necesidad de palabras cuando, sabía con solo mirarla que ella también me amaba. Habíamos pasado por tantas cosas las dos solas que nos entendíamos a la perfección.

Recorrí cada rincón de su cuerpo, besé todo lo que se podía besar y me volví loca con la suavidad y humedad de su centro. Los gemidos de Dahyun pronto se transformaron en gritos desesperados. Sus manos se aferraban a las sábanas, de las paredes, de mi cabello. Sentía como sus dientes mordían mis hombros, como el sudor de nuestros cuerpos seguía aumentando. No sabía que me pasaba, no podía dejar de hacerla mía. Perdí la cuenta de cuantos orgasmos tuvo, simplemente seguía. Dahyun se entregaba por completo a mis movimientos, a mis deseos, a mis sueños eróticos más retorcidos. Tenía esa habilidad de, que cuando yo le hacia el amor a ella, se transformaba en la chica sumisa que decía que si a todo pero, cuando ella quería tomar el control se transformaba en una mujer llena de fuerza, que tomaba decisiones sin preguntarme. Podía jurar que hasta el tono de voz le cambiaba y eso, eso me excitaba el doble.

Dahyun había alcanzado otro orgasmo. La tenía de pies contra una pared. Después del orgasmo todo su cuerpo cayó sobre el mío. La cargue y la llevé a la cama. Me acomodé entre sus piernas y comencé a besar la parte interna de sus muslos hasta llevar a su centro. Sabía que ella estaba cansada pero, si no me pedía parar era por algo. Así que, me adueñe de su centro. Mi boca y mi lengua limpiaron el desastre que yo había formado. Una parte de mí se sentía completamente orgullosa de esto, no sé si era normal sentirse así de orgullosa pero a mí me encantaba sentirlo. Levanté la vista para encontrarme con Dahyun tocando sus pechos mientras se mordía los labios y su cabello sudado tapaba sus ojos. Llevé mis manos a los costados de la cadera de Dahyun. Sabía que estaba cansada así que seguramente, después de este orgasmo todo su cuerpo temblaría y no me equivoqué.

Daño ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora