Caminó a la habitación me topé con Sana quien venía saliendo del baño – Hola – me dijo con una amigable sonrisa - ¿Ya te vas a dormir? – preguntó mientras aún tenía el cepillo de dientes en la boca.
-Si – me apoyé en la muralla.
-¿Nerviosa? – la quedé mirando - ¡Oh vamos! Es muy obvio que lo estas. Te conozco – acarició mi barbilla.
-Si me pide que durmamos juntas ¿Qué le digo?.
-Pues lo que encuentres pertinente. Si te incomoda dile que no de buena forma, ya sabes lo sensible que es – las dos sonreímos.
-No puedo creer que este devuelta.
-¿Extrañas tu soledad verdad? – miré hacía a mi derecha y me encontré con las estrellas y la noche – tomaré tu silencio como un sí – voltee a mirar a Sana.
-No sé qué es lo que extraño, no sé si extraño algo en realidad.
-Quizás solo necesites tiempo – elevé mis hombro en respuesta a mi incertidumbre – me iré a dormir – se acercó y me abrazó – que duermas bien, nos vemos mañana.
Me quedé algunos minutos en ese pasillo mirando como Sana entraba a su cuarto. Apoyé mi cabeza en la pared, cerré los ojos y comencé a repetir que tenía que ser fuerte. Esto sería como si nunca me hubiera ido. Tan amigas como siempre y las amigas si pueden dormir juntas - ¿Qué estás haciendo ahí? – la voz de Momo tan repentina logró asustarme.
-¡Dios! Casi me das un infarto Momo – coloqué mi mano derecha por encima de mi pecho.
-Lo siento – la miré y Momo tenía una sonrisa en su rostro. Noté que traía puesto su pijama, el cual, era un pikachu gigante.
-Creo que te dará calor con ese pijama – ella abrió sus ojos e hizo un gesto tierno – una vez traté de dormir con ese tipo de pijama y terminé sacándomelo – tenía que desviar el tema y mi vista de la sonrisa que tenía ella en este momento.
-¿Te lo sacaste? – Asentí con la cabeza – o sea que dormiste desnuda – su afirmación me tomó por sorpresa.
-Supongo que tu también has dormido desnuda de vez en cuando – ella negó con la cabeza - ¿No?.
-No – respondió acercándose hacía donde estaba apoyada – la gente me tiene como una chica sexy pero a la vez algo estúpida – la quedé mirando.
-Yo no te considero estúpida – nos miramos.
-Eso es tierno pero, sé que lo soy. Soy algo lenta.
-Ser lenta no es lo mismo que ser estúpida Momo – ella sonrió – ¿Por qué sonríes ahora?
-Tu y las otras chicas siempre me tienen que terminar explicando todo.
-A ti, Mina, Sana y Tzuyu ¿Ellas son estúpidas acaso?
-Puede que sea la más estúpida de ellas.
-Oh basta, que tiene que ver tu sensualidad y estupidez con tu pijama de Pikachu – la risa de Momo se adueñó del lugar.
-Que igual tengo cierta vergüenza de mi cuerpo... mmm... ¿Cómo se dice?... ¡Oh ya sé! ¿Pudor?.
-Me estás diciendo que tienes pudor de tu cuerpo ¿verdad? – ella asintió – creo que deberíamos entrar al cuarto y continuar esta conversación ahí – ella solo se dio media vuelta y entro al cuarto. Cuando entré, noté el pasillo que había entre las camas ya no estaba porque Momo las había unido - ¿Qué es esto? – le pregunté sorprendida.