Momo
Con Nayeon habíamos pasado 1 semana y 6 días increíbles en Francia. Habíamos hecho de todo. Pasear, comprar algunos regalos para nuestras familias y las demás chicas. Probamos cada plato de comida típico de este país y fotografiamos todos los paisajes hermosos por los que caminamos. No solo nos dedicamos a disfrutar del lugar maravillo en dónde estábamos, si no, también, disfrutamos de la compañía de cada una. No había una noche en que no nos sentáramos a la luz de las estrellas a hablar de nosotras. Nos contábamos historias que no sabíamos de la una y la otra. Confesábamos sueños y penas pasadas que nos hicieron ser quienes somos ahora pero, lo más importante, es que, cada vez que hablábamos, me quedaba claro que Nayeon iba serio conmigo y que no tenía que tener miedo de entregarme 100% a ella y a esta relación.
-¿Crees que les gustara vernos? – pregunté algo indecisa.
-¿Qué te hace creer que no? – Nayeon era muy decidida. Cuando se le metía algo en la cabeza no había nada ni nadie que se lo sacara.
-No sé, ellas también están de vacaciones amorosas – respondí mientras miraba el celular. Me había llegado un mensaje de JYP. No lo abrí. Habíamos decidido con Nayeon no responder esos tipos de mensajes y enfocarnos sólo en nosotras.
-Hey – Nayeon había caminado hacia donde estaba - ¿paso algo bebe? – sus brazos rodearon mi cuello por atrás y besó mi mejilla izquierda.
-Otro mensaje – claramente no había sido el primer mensaje que nos llegaba. Por lo menos, a mí, me habían llegado 4 y no he abierto ninguno.
-¿Quieres leerlo?
-No – voltee para quedar frente a ella – creo que te dije que no quería que nada nos interrumpiera estas vacaciones – las dos nos quedamos mirando – confío en ti y en nosotras.
-Te dije que no te iba a decepcionar y que lucharía por este amor.
-Sólo pido poder estar tranquila a tu lado. Me da igual si la gente se entera. Sólo quiero amarte con plena libertad.
-Amo tu cursilería – Nayeon acercó sus labios a los míos y nos besamos durante unos segundos. Me gustaba cerrar los ojos y concentrarme en cada detalle de sus besos, sus labios, sus manos. Nayeon tenía la costumbre de enredar los dedos de sus manos en mi cabello y ejercer presión para después, profundizar el beso. Cuando el beso se nos iba de las manos y se volvía algo más erótico Nayeon acariciaba todo mi torso con sus manos, eso incluía mis pechos. Era increíble lo susceptible que era a su tacto.
-Si seguimos así perderemos el vuelo – susurré mientras nos besábamos.
-¿No era que no querías ir? – Nayeon se alejó.
-Creo que no deberíamos ir sin avisar, sólo eso.
-Se perdería la sorpresa si avisamos bebe – acarició mis mejillas – anda, vamos que nos quedan algunas horas de vuelo hasta llegar a Suiza.
Sana
Desperté con el sonido de la lluvia pegando con el techo de la habitación. Pude escuchar cómo el viento hacía chocar algunas ramas de árboles con ventanales. Podría jurar que sería un día de nieve.
Voltee a mirar hacia el lado derecho de la cama y me encontré con la espalda de Dahyun completamente desnuda. Habíamos estado en esta posición durante mucho tiempo, me conocía de memoria cada centímetro de piel de su espalda, brazos, piernas, estómago y rostro. Pero, cada vez que hacíamos el amor era como encontrar un rincón nuevo, en donde dejaba escapar toda mi lujuria por ella. Hacía que lo poca de cordura que tenía desapareciera, estaba enamorada de Dahyun y era imposible ocultarlo.