«Capítulo Nueve»

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~P.O.V. Lucy.

   Me encontraba recostada sobre mi cama, mientras Thomás se encontraba afuera atendiendo una llamada. Tomé un libro que estaba sobre el velador, trataba sobre la historia de la música. Concentrada en la lectura no me di cuenta cuando Thomás se sentó en la esquina de la cama.

—¿Qué lees? —Se inclinó para observar el título del libro.— ¿"La evolución de la música clásica"? ¿Es en serio? —Río con gracias. Me encogí de hombros sin darle importancia.

—¿Qué? ¿Tiene algo de malo? —Pregunté sin mirarlo, en un descuido él me arrebató el libro de mis manos.— ¡Hey! Devuélvemelo. —Me quejé.

—Eres toda una sosa. —Se burlaba, mientras daba una leve ojeada a su contenido.

—No soy una sosa, solo lo leo para no aburrirme en estos días de descanso. —Recalque la última palabra.

—¿Cuántas veces tendré que decirte que fue un accidente y lo mucho que lo siento? —Se encogió divertido, me tendió el libro, pero al momento de alcanzarlo vaciló.

—Hasta que lo sientas, ahora devuélveme el libro. —Estaba molesta, me lo entregó.

—No me quebraré el tobillo o algo parecido, niña. —Negó con la cabeza, espantando. Sonreí burlona.

—¿Temes quebrarte, abuelo? —Di justo en donde más le dolía.

—Solo tengo veinticuatro años. —Se defendió, me miraba molesto.

—Eres un viejo para mí. —Susurré tratando de reprimir una risa, miré hacia otro lado evitando su mirada, ya que no se veía nada feliz. Tomó mi mentón y lo volteo, su rostro se encontraba muy cerca del mío, por lo que me alejo un poco hasta toparme rápidamente con la cabecera de la cama, siento como los nervios me invaden.

—Y tú. —Me señalo con su dedo índice.— Demasiado inmadura. —Sonríe de forma coqueta, él se sigue acercando y yo cierro rápidamente los ojos, apártalo. Antes de actuar sentí una presión suave sobre mi pelo, abrí lentamente los ojos encontrándome con los suyos.

—Solo estoy jugando. —acarició mi cabeza de manera cariñosa.— Si necesitas algo llámame. —Asentí con la mirada baja, siento como mi cara arder, de seguro estoy roja.

—S-sí, no te preocupes. —Se levanto y cerró la puerta tras de sí. Suspire frustrada. ¿Qué es lo que realmente siento? Cerré mis ojos, necesitaba descansar, pero al acomodarme una sonrisa surgió de mis labios al recordar él porque estaba allí.

—Veo lo poco que significó para ti. —Abrí mis ojos abruptamente, sorprendida de que él estuviera aquí.

—¿Q-qué...? —Aclaré un poco mi voz, estaba nerviosa, otra vez.— ¿Qué haces aquí? Te dije que me dejarás en paz. —Una parte de mi estaba furiosa con solo verlo, pero la otra estaba feliz de que estuviera aquí. Desvíe la mirada, soy muy susceptible a caer en sus engaños.

—¿Cómo qué "qué es lo que hago aquí "? —Levanto sus dedos haciendo comillas.—Estaba preocupado por ti, pero veo que te están atendiendo muy bien. —No entendía por qué estaba tan molesto. Pero rápidamente se me vino una idea.

—¿Hablas de Tommy? —Él me miro furioso, y a esté que bicho le pico.

—¿¡Tommy!? —Parecía querer estallar en cólera, golpeo una silla que se encontraba cerca de él, de una patada, respingue. Estaba empezando a asustarme, me encogí un poco sobre mi posición. Él pareció darse cuenta, trato de acercarse.

—¡No te acerques o grito! —Jhonnatan me miró con dolor, sentí una leve presión en mi pecho.

—Lucy yo... —No lo escuches. Negué con los ojos cerrados. No volvería a caer.

—No, no quiero escuchar lo que tengas que decir. —Se que está mal, pero quiero cortar esto de una vez por todas.

—¿Sabes qué? Ya me cansé de que todo el puto mundo me interrumpa —Sentí sus labios presionando los míos con fervor. Traté de sepárame, pero era inútil, lo amaba maldita sea. No tarde en responder, no quiero que me vuelva a dejar.—Lucy, yo... No te veo como mi prima, maldita sea, te veo como una mujer —Dejaba castos besos que eran correspondidos.— La mujer por la que perdería la cabeza si no está a mi lado.

—¿Lo dices en serio? —Traté de retener mis lágrimas, pero tantas emociones juntas no lo permitieron. Con su pulgar limpiaba mis mejillas mojadas.

—Si Lucy, lo digo en serio. —Sus ojos reflejaban su sinceridad absoluta.

—Pero somos primos Jhonnatan, esto no es correcto. —No pude evitar que más lágrimas se derramaran por mi cara, ante lo que de mi boca salía.

—Lucy, ¿me quieres?

—Más que a nada, en este mundo. —Me beso nuevamente.

—Es lo único, que importa entonces. —Respondió él, pero, aunque sus palabras fueran reconfortantes, esto no era así de fácil.

—Pero ¿Qué es lo que dirán nuestros padres? —Tenía temor de lo que pudieran hacer mis padres. Tomó mi rostro acunándolo entre sus manos.

—No pienses en lo que ellos dirán, Lucy —Beso mi frente y me abrazó fuertemente, pero sin hacerme daño.—Te quiero, Lucy, estoy completamente loco por ti.

—Yo también te quiero, Jhonnatan y, estoy perdidamente enamorada de ti.—Confesé.

—En estos momentos solo quiero largarme de aquí, contigo —Necesitaba de verdad ese abrazo, inhalo su olor, que se desprende de su cuello, lo necesitaba a él.— Lucy, tengo que decirte la verdad de todo esto. Pero deberás confiar en mí, ¿Confías en mí?

—Si, confío en ti.

Atracción Pecaminosa | Completa✅ | En Edición✍🏻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora