Atracción Pecaminosa | Completa✅ | En Edición✍🏻

«Capítulo Diecinueve»

~P.O.V. Lucy.

   Al volver a los Estados Unidos, todo volvió medianamente a la normalidad. La diferencia erradicaba en que yo volvería a California con mis padres y Thomás, quién ahora, ante todo el público y la prensa, era mi novio oficialmente. Noticieros nos entrevistaron, felicitándonos por ser el ejemplo de pareja perfecta. Claro que no fui la única de la familia Hatson en ser foco de los reporteros, el romance de Jhonnatan con Miranda también fue a para en boca de todos, anunciaron la gran boda que se realizaría a mediados de noviembre, mostrando lo felices y enamorados que estaban ante las cámaras.

   Cada día que pasaba aumentaba el dolor en mi pecho, nunca creí que estar enamorado significaría que dolería tanto, no estaba aún dispuesta a aceptar que todo lo que en esas semanas viví fueron una fantasía, que solo serían recuerdos, momentos especiales que compartimos juntos, cosas no sé si podré volver a experimentar con otra persona. Pero para lo que nunca estaría preparada sería para ver como a la única persona que había llegado amar se casaría con alguien más. Y para empeorar la situación sería una de las damas de honor, a pedido de la novia, tuve que aceptar con una gran sonrisa, tragándome las lágrimas que me acompañaron toda esa noche, ¿pero que podía hacer ya? Nada, me repetía a mí misma, no había nada absolutamente nada que hacer, solo aceptar que hay cosas que jamás podrán ser, que no todo lo que quieres lo puedes obtener.

   La primera mañana de noviembre llego más rápido de lo que hubiera querido, hoy iríamos junto con mi madre y todas las damas de honor de la novia a probarnos los vestidos que había escogido.

—Tal y como lo pensé, te queda hermoso, Lucy. —Me elogiaba Miranda mientras me observaba en el espejo con el vestido, el cual era un hermoso azul en degrade, escote corazón, caída suelta corto, unos centímetros sobre la rodilla y, a juego unos zapatos blancos de tacón. Sobre el cabello iría el cabello ondeado junto a un cintillo de flores. No sé cómo retuve las ganas de no largarme de allí en ese momento, pero tenía que ser fuerte, debía afrontarlo tarde o temprano, el mundo no se detendría por mí, esta boda se realizaría lo quisiera o no.— Serás la envidia de todas —Sonrió.— Laura cariño déjame ayudarte con ese vestido o lo romperás. —Reía ella, yendo a ayudar a una rubia, quién junto a otras dos más serían sus damas de honor. No sabía las verdaderas intenciones de Miranda, pero sabía que no era una mala persona, al principio la odiaba, pero conforme pasaron los días después de que me pidiera ser una de sus damas de honor su trato hacía mí, era amable y hasta podría decir que sincero, aunque muy pronto sería parte de la familia, es normal supongo que quiera simpatizar con el resto de la familia. Mi madre se acercó al verme.

—Te ves preciosa Lucy. —Era de las pocas veces en las que mi madre se mostraba tan atenta conmigo y sentimental, bueno desde que volvíamos a los Estados Unidos, todo había cambiado desde entonces y lo que era un alivió doloroso era el hecho de que no vería a Jhonnatan hasta su boda. Aunque quisiera acercarme a él, no podría de todos modos, Thomás mantiene firme su palabra, si me acerco a Jhonn más de lo necesario el vídeo que contiene nuestro secreto lo expondrá ante mis padres.

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   Ya en casa y con un vestido de dama de honor en mi armario, me encerré en mi habitación y comencé a dejar fluir todas mis frustraciones en el piano que se encontraba en ella. Estuve minutos, horas quizás, la verdad es que no me importaba en lo absoluto, solo deseaba poder salir de esta realidad, y la música estaba logrando precisamente eso, transportarme a otro lugar. Recuerdos de mi niñez llegaron como flash backs a mi mente. Me encontraba caminando, mientras tarareaba una infantil melodía, en el gran jardín de la mansión de mis tíos, me detuve al ver una hermosa mariposa azul posarse en una de las flores, admiré al peculiar insecto, quería tocarla, poco a poco me fui acercando hacía donde se encontraba las flores, acerqué mi dedo índice hacía el pequeño insecto, pero este aleteo sus alas rápidamente emprendiendo el vuelo. Observe triste como aquella hermosa mariposa aleteaba lejos de jardín.