Capítulo 48

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-¿¡QUÉ?!

-¡Estel, no alces la voz! - le dije avergonzada.

- Lo siento, pero...¡SE TE DECLARÓ DALAS! - unas chicas que pasaban por allí nos miraron y Tel se tapó la boca- Perdón.

Decidí contarle lo sucedido a mi amiga a la.hors del almuerzo, pero fue mala idea, pues no paraba de gritar.

-¿Qué os pasa, chicas? - Nacho estaba detrás de nosotras.

-Ven - Tel lo cogió y se fueron a un rincón.
Le veía emocionarse y dando brincos, él estaba sonriente. Se pasaron 15 minutos así, mientras yo estaba comiendo. Por fin decidieron en volver y Nacho me abrazó.

- Me alegro.

-Gracias. - me ruboricé.

Seguro que mi amiga se lo contó TODO. La quería matar, pero la quería igual.

****

-¿Pero dónde me llevas?

- Es una sorpresa - Respondió Dalas.

Tenía los ojos vendados y él me llevaba no-sé-donde. Imaginaros a mí por la calle con los ojos tapados y que un chico alto que me saca cabeza y media me esté abrazando y ayudándome a caminar para que no me cayera. Supongo que le gente nos miraba raro, pero me daba igual, estando con él no me importaba hacer el ridículo.

-¡Llegamos! - destapó mis ojos.

Estábamos delante de un parque de atracciones. Seguro que en aquel momento tenía una cara de niña pequeña, ¡hacia millones de años que no entraba en uno! Cogí la mano de Dalas y me dirigí hacia la entrada. Teníamos dos horas para divertirnos, Pues eran las 18:00 y cerraban a las 20:00. Compramos los tickets, rectifico, compró los tickets Dalas, ya que no me dejó pagar el mío, y entramos. Mi emoción de notaba a kilómetros ya que me la estaba pasando sonriendo a todas partes. Dalas me cogió la mano y me mostró su sonrisa.

DALAS P.O.V

Decidí llevarla allí porque quería que se divirtiera y que no pensara en su pasado. Creo que lo he hecho bien, tiene una sonrisa en la cara. Después de tanto mirarla, por fin se decidió en cuál subir primero : la montaña rusa. Nos pusimos en la cola y ella estaba ansiosa, haciendo pequeños saltitos de felicidad. Parecía una niña pequeña y eso me gustaba, su lado infantil me lo mostró sin vergüenza alguna.

-¿No estás nervioso? - me sacó de mis pensamientos.

-Pueh' la verdáh', eh que no - me rasqué la barbilla haciendo ese acento característico. Rió y eso me encantaba.

- Yo sí, hacía muchos años que no venía a uno...- Suspiró- Gracias, Dalas. - besó mi mejilla y me quedé anonado por tanta dulzura. - venga, que avanzamos - me arrastró.

Pasamos las dos horas yendo de una atracción a otra, me lo pasé muy bien y me divertí mucho, pero lo que más me gustó fue verla tan feliz, nunca la había visto así.

Ya era de noche y las luces iluminaban el camino. Me paré en seco y ella me miró frunciendo el ceño.

-¿Qué te pasa?

- Tengo un regalo para mi novia.

Ella se echó para atrás, no comprendí porque.

-¿Rojiza? - le pregunté preocupado.

-¿T-tienes una novia? ¡¿Y te declarase a Mi?! - se estaba poniendo nerviosa. ¿Qué decía? - Dalas, nos contamos lo que sentimos uno al otro, ¡Y TÚ TIENES NOVIA! - estaba a punto de llorar.

La abracé fuerte, ella quería deshacerse de mí, pero no podía y se rindió.

-Mi novia es bajita, le saco más de una cabeza de altura, tiene el pelo rojo como charmander y los ojos verdes. Se llama ___, pero es mi rojiza - cogí sus hombros y la aparté ligeramente de mí para mirarla, estaba sonrojada. - y la quiero mucho.

-¿T-tienes novia tiene 5 años menos que tú? - preguntó tímida y sonreí.

- Sí, pero la edad no importa. - la besé. -Te quiero, rojiza.

-Y yo a ti.

Acercándome Al Amor (Dalas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora