Capítulo 65

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Ya pasaron las vacaciones de Navidad y la rutina de clases empezaba de nuevo. Después de estar levantándote cada día a las 12h del mediodía y ahora hacerlo a las 7h no es bueno. Vas como un zombie por la calle, ¡Ni el maquillaje te tapas las ojeras!

Estaba esperando a mi amiga, pero hacía 10 minutos tarde. " Se habrá dormido", pensé. Miré el móvil y miré los mensajes que le mandé alertándola de que llegaríamos tarde, pero no se conectaba desde ayer. Decidí llamarla. Un pitido, dos, tres, cua...

-¿Si? - preguntaron en el otro lado de la línea con una voz adormilada. Era un chico.

-¿Samuel?

- Él habla. - rió.

-¿Estás con Tel? - pregunté con tono enfadado.

-Sip - remarcó la última letra. - ¡OSTIA! - Gritó y me dejó sorda - Estel, despierta, ¡faltan 20 minutos para que entres en clase! - se escuchaba. - ___ , ve tirando, no la esperes. Adiós.

Colgó anes de que pudiera despedirme. Reí al imaginarme la situación.

Empecé a caminar y, sin que nadie pidiera nada, empezó a nevar. Miré el cielo, me paré y sonreí. Desde que pequeña que no había visto nevar, pues en Barcelona era muy difícil que neve. Absorta en mis pensamientos, unos brazos me rodearon la cintura.

-¿Cómo está mi Rojiza?- me susurró el causante de mi gran susto.

-Pues estresada porque rojiza va a llegar tarde el primer día - hablé de mi en 3a persona.

-En cambio, ella esta parada observando la nieve...- Se burló.

Lo miré fulminante y reímos. Cogió mi mano y empezamos a caminar hacia la universidad. Se sentía bien su mano con la mía, cálida y a la vez fría. Recorrimos todo el camino en silencio, pero era agradable, con las miradas nos decíamos todo. Nos dábamos amor.

Después de tanto recorrido, llegamos. Juntamos nuestras frentes y nos miramos a los ojos.

-Disfruta de las clases. - me besó. - luego te paso a recoger.

-¿Y eso? - me extrañé.

-Aun tengo vacaciones - se estaba yendo y me sacó la lengua.

Poco después, se giró y finalmente se fue. Me quedé allí hasta que no le vi.

***

Las clases no pasaron especialmente rápido, la vuelta de clases y clases se hacía eterna. Estaba en el pasillo con Tel (que vino a segunda hora por su retraso) y al salir me dió un codazo.

-¡Auch! - me toqué la zona afectada - ¿A qué viene esto?

-Mira - señaló delante de nosotras.

Allí pude visualizar a Dalas con algunas chicas. Noté una punzada de celos, algunas coqueteaban de una forma MUY peligrosa con él. Cuando estuvimos lo suficientemente cerca para que MI novio se percatara, sonrió, pero las muy ***** no sabían que estaba allí. Tosí falsamente y me miraron con asco para que me fuera, seguramente no sabían que estábamos saliendo.

-¿Os vais? - Pregunté borde con los brazos cruzados y con mi amiga al lado.

La más "corpulenta" de ese grupito se acercó a mí amenazante, mirándome desde abajo pues me sacaba alguna cabeza de altura. Intenté no parecer intimidada, pero aguanté.

-¿Por qué deberíamos hacer esto? - contestó las más canija de todas.

La mire fulminante y la repase con la mirada. Era esquelética. Daba un poco de asco.

-Por ese - señalé a Dalas, quien miraba la situación divertido - es mi novio.

Estel soltó un "uhhhh" y reí, mientras las otras sólo me miraban extrañadas.

-¿Es eso cierto, Dalasito? - una castaña se apoyó en su hombro, provocando de delantera.

Dalas la apartó

-Yepp, lo es - se separó de ella y me abrazó.

Sin decir nada, las 5 mujercitas se fueron. Estel también, pues se notaba que tenía prisa.

Empezamos a caminar como antes, por las calles blancas de Irlanda. Se notaba que había nevado mucho, pero en ese momento no.

-Dalasito...- murmuró de repente Dalas riéndose.

Lo miré con asco al recordar esas chicas. ¿¡De qué iban!?

- La muyayita ehta' celosa - dijo imitando unos de sus miles acentos.

-Me encantas cuando te pones celosa - sonrió.

-Idiota...- dije avergonzada.

Cogió mi mano y se la puso en la mejilla. Un gesto extraño pero completamente tierno. Noté el calor de su mejilla, mientras que otra parte estaba completamente fría. Después se llevó mi mano en su corazón. Éste notaba que latía muy rápido y con mucha fuerza.

-Esto es lo que provocas, rojiza. - me ruboricé. - y quiero pedirte una cosa...

Lo mire expectante.

-Quiero que te vengas a (España, Tenerife) unos días para que conozcas a mis padres y mi hermana - dijo serio.

Quedé perpleja. ¿Yo? ¿Conocer a sus padres? ¡Menuda vergüenza!

Acercándome Al Amor (Dalas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora