Capítulo 57

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Un vestido verde azul muy largo con falda algo transparente salió de esa caja. Era precioso, en la zona del lecho había pedrería, parecían perlas. Mi boca se abrió y casi toda el suelo.

-¿Qu-qu-¿Que? - Tartamudeé.

Besó mi mejilla y dijo:

- Es para tí - sonrió.

-Da-Dalas... - seguía en shock. - ¿En serio? - admiré ese vestido tan hermoso.

-Claro.

-¡Parece de princesa! - exclamé un poco molesta (por haber dejado mi vestido) y asombrada.

-Claro, porque te mereces que te traten como una princesa - volvió a sonreír.

- Gracias- agradecí juntando nuestra frentes.

-A ti por estar conmigo - me ruboricé y me mostró su sonrisa.

-Te quiero - le di un beso corto.

-Y yo a ti, mi princesa rojiza.

Nos separamos y cada uno nos fuimos a cambiar. El vestido me quedaba perfecto, de verdad parecía de una princesa. Me recogí el pelo con una especie de moño y me maquillé bastante. Mentira, no me maquillé yo, lo hizo mi madre. Ella vino a mi habitación con un kit que había muchos potes raros de maquillaje.

-¡Ya estás lista! - gritó sastifecha.

Abrí los ojos y noté como Dalas no estaba. Fruncí el ceño y miré a mi madre.

-¿Y Dalas?

- Le he dicho que se vaya, quiero que a un no te vea. - sonrió y le devolví la sonrisa. - Estas preciosa, ___.

Me ruboricé aún que no vi ma obra de arte de mi mamá. Me levanté de la silla y entré al cuarto de baño Y la persona que vi reflejada en el espejo no era yo. Era una chica con mucho maquillaje. Era muy guapa. Sin embargo, lo que no me cabía en la cabe es que esa era yo. Se me humedecieron los ojos, iba a llorar de ma emoción.

- No llores o lo estropearás - mi madre salió de atras.

- Te haré caso. - me giré para mirarla. - Gracias- la abracé.

Minutos después, la dos estábamos más que listas. Faltaban 35 minutos para que la fiesta empezara y llamaron a la puerta. Mi madre fue abrir y vi que mi padre estaba sonriendo, para después entrar delante de mí novio. Los dos me miraron con una sonrisa, pero cuando vieron verdaderamente como iba, abrieron la boca, formando una perfecta "o".

- Estás muy guapa - consiguió decir mi padre.

Reí.

-Gracias.

Dalas, sin decir nada, se acercó y atacó mis labios. Cuando nos separamos dijo:

-Siempre estás perfecta, pero hoy lo superas - sonrió.

Me ruboricé muchísimo, no solía decirme esas cosas.

-Gr-gracias.

Tendió su brazo para que se la cogiera y muy gustosamente lo hice. Salimos del hotel y empezamos a caminar. Sí, caminar, estaba a media hora de mi antiguo instituto pero no había tren, no autobús cerca.

***

Después de caminar tanto, estábamos planteados de ese enorme edificio que fue una gran tortura para mí. Apreté la mano de Dalas con mucha fuerza y él me miró preocupado.

-Sabes que si no quieres entrar, no hace falta que lo hagas..- dijo.

-No, sí quiero...Por eso hemos recorrido más de 625 Km, ¿No? - Forcé una sonrisa.

El me la devolvió no muy satisfecho y entramos seguido de mis padres.

Ya es la hora.

Acercándome Al Amor (Dalas y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora