Y si te quedas, qué? [Renmin / Jaejun]

Especial 8

Aniversario

La rapidez con la que pasa el tiempo es impactante. Hace cuanto que Renjun y Jaemin se besaron por primera vez en una fiesta, o cuando sucedió, en el garaje.

Ya había pasado un año desde que Jaemin le había pedido estar con él, un año de peleas, caricias, besos, abrazos y mucho amor. Era el mejor año hasta ese momento, Jaemin sabría que vendrían años mejores, si estaba junto a Renjun.

El chico había empezado la universidad y se sentía agotado de muchas formas pero eso no impedía que fuera al club a ayudar a Yura y ver a su novio, para luego acompañarlo a casa y quedarse un rato en ella. A veces, cuando las jornadas de estudio para Jaemin eran largas, Renjun lo acompañaba, el chico sabía que su novio también estaba viendo las posibles carreras.

Tzuyu había entrado con él y siempre cuidaba de que ninguna chica le pusiera un ojo encima, el primer día de clases le había pegado un papel en la espalda que decía "propiedad de Renjun" y cuando sus compañeros conocieron a Renjun, Jaemin quería ponerle al chico un cartel que dijera "propiedad de Jaemin".

Agradecía demasiado su vida.

Lucas a veces iba a visitarlos, la vida en China lo estaba tratando muy bien y se había enamorado. Los chicos rezaban porque esta persona no le rompiera el corazón.

Mark y Haechan eran un texto en griego antiguo, imposible de leer para Jaemin. De la nada, Haechan se había mudado con Mark. El chico se preguntaba cómo sobrevivían juntos cuando antes, solo habían peleas de parte de los dos. Estaban bien. Ya le habían puesto nombre a la relación que tenían y podían decir que eran novios.

Con Jisung y Chenle prefería no meterse. Aún estaba sorprendido por el momento en el que Chenle había entrado en la habitación de Renjun, mientras se besaban, casi chillando porque su mejor amigo lo había besado. Renjun como buena mamá lo había intentado calmar, ahora el chico se negaba a ver al menor y el menor se veía deprimido.

Y Renjun, bueno, de Renjun podía decir maravillas. O sea, la simple existencia del chico era una maravilla.
Jaemin cada día se enamoraba más y más, nunca se aburriria de esos labios, de esos brazos, de ese chico. Renjun estaba igual de enamorado a él y cuando Jaemin se subestimaba, diciéndole al chino que merecía más que a él, este lo regañaba diciéndole que al contrario, tenía más de lo que merecía.

Y ahí estaban, el primer año juntos. Los chicos se habían propuesto en ahorrar para realizar un viaje, y, con la ayuda de los padres de Renjun, la madre de Jaemin, sus amigos y Yuta y Sicheng, habían logrado ir a Japón para su aniversario.

Eran épocas de estudio, pero a Jaemin y Renjun no les había importado faltar una semana a sus clases. ¿Cada cuanto se celebraba el primer año?

Habían llegado a Tokio un día antes del aniversario, lo suficientemente cansados para ir directo a la cama.

A la mañana siguiente, Jaemin había despertado a su chico con un desayuno-si, había estado practicando-. Iba a ser el mejor de los días.

Después de arreglarse para salir, había hecho visitas turísticas. Sicheng los había acompañado, haciendo de guía-y haciéndolos perderse, también- Jaemin amaba los paisajes y todo lo que podía encontrar en ese lugar. No mentiría si dijera que había gastado parte de su dinero en figuras anime y dangos.

Los chicos habían dado paseos por las calles de Tokyo, montandose en los trenes yendo de lugar en lugar poco a poco. No les alcanzaría un día para eso, pero todavía tenían la semana.