Y si te quedas, qué? [Renmin / Jaejun]

Especial 7

Los suegros.

Jaemin nunca se había sentido tan nervioso como se sentía en ese momento.
Oh bueno, quizás si.

Los padres de Renjun habían ido a visitar al chino y de paso conocer a la pareja de éste. La señora Na los había invitado a cenar para que ella también pudiera conocerlos.

Era mucho voltaje para el castaño.

—Jaemin, a las 8pm llegan así que arreglate.—gritó su mamá, al verlo acostado en el piso de su cuarto mirando al techo.—son las 7:15.

Jaemin asintió, pensando en las posibilidades de que los padres de su novio lo odiaran.
De seguro terminarían encerrando a Renjun en una torre y no se podrían volver a encontrar hasta que el cabello de este estuviera lo suficientemente largo como para permitirle escalar... Muchas películas.

El chico se levantó y se metió a bañar. Había ordenado su habitación y todo, pero no era como si fueran a entrar a él.
Su madre le había ayudado a elegir la ropa para esa cena, algo casual pero elegante y sí, viéndose en el espejo se veía espectacular, los padres del chico lo amarian.

O quizás no, se había echado mucha gel en el cabello y parecía como si una vaca lo hubiera lamido. Ahora se veía fatal.

—Mamá, ¿del 1 al 10 qué tan asqueroso me veo? —dijo cuando llegó a la habitación de la señora, quien se veía hermosa.

—Te ves hermoso.—dijo sin mirarlo.

—¡No me has visto!

—Pero soy tu madre, sé que te ves bien.—repuso la señora antes de darse una última mirada en el espejo y salir a la cocina.

El chico quedó parado en la puerta. Su cabello estaba horrible, pero confiaría en su mamá.

Corrió a su cuarto nuevamente, echándose un poco de perfume e intentando hacer algo con su cabello. Pero fue tiempo perdido porque oyó el timbre y que su mamá le gritaba un
"ya llegaron".

El chico corrió escaleras abajo, evitando no irse de cara y respiro hondo. Su madre estaba hablando con la señora Huang mientras que Renjun y el señor las miraban.

—Buenas noches.—Jaemin llamó la atención de los presentes, haciendo una inclinación y se acerco a ellos.—Soy Na Jaemin, un gusto conocerlos.

El chico sonrió nerviosamente al ver que el señor Huang no mostraba expresión alguna. Parecía molesto. En cambio, la madre del mayor se acerco a él.

—Me puedes llamar XuanYi.—le dijo, sonriendole. Se parecía mucho a Renjun.—un gusto Jaemin, Renjun y Sicheng nos han hablado mucho de ti.

—¿Si? —el chico aun estaba nervioso.

—Sí. ¿Verdad, Cariño? —contesto dirigiéndose a su esposo.

—Es verdad.—dijo, ahora acercándose a Jaemin—Soy Huang YiFan.

—Mucho gusto señor.—el muchacho hizo otra inclinación.

Jaemin estaba temblando.

—Papá, lo asustas. —hablo Renjun por primera vez desde que llegó. YiFan miraba fijamente al castaño; las madres solo lo veían divertido.—Hola Jaemin, gracias por saludarme a mi. —se dirigió al menor, abrazandolo por el cuello. Jaemin se tenso aún más al darse cuenta de que el señor Huang no dejaba de mirarlo.—mi padre tiene cara de estar enojado, pero es buena persona. —le susurró su novio.