SERIAL KILLER || Hank X Connor [Detroit:BH]

IX. Tocar.

¿Era miedo? Sí; pero no era nada más eso, sino un coctel de diferentes, intensas, maravillosas emociones gobernando todo su cuerpo y absolutamente todo su razonamiento. No estaba analizando lo que quería hacer y tampoco estaba pensando en las probabilidades, no contaba con la información necesaria para hacerlo y mucho menos tenía idea si iba a ser correspondido.

Quizá eso significaba ser humano.

Connor lo necesitaba, y se estaba aferrando a ello tanto como su corazón artificial a palpitar. ¿Era un tonto por querer con tanto anhelo besar a su compañero de trabajo y actual mejor amigo? ¿Estaba siendo egoísta por empeñarse en cumplir sus deseos? ¿Era un mal colega por no estar considerando lo que Hank quería?

Tenía la casi espantosa necesidad de tocarlo, tocarlo incluso si no lo podía sentir; pone sus manos sobre el rostro del teniente y, sonriendo, acaricia la barba. Hank seguía abrazándolo muy fuerte, Connor podía ver la reacción del mayor ante su tacto, relajándose bajo sus dedos.

Se acerca y roza la punta de su nariz con la ajena, puede sentir la acelerada y ansiosa respiración del mayor. Cierra los ojos cuando las manos ajenas se pasean por su espalda y su pierna, cómo deseaba poder sentirlo. Comienza a rozar sus labios con los ajenos en un tortuoso juego para averiguar quién perdería el control primero, ¿El androide inexperto o el viejo alcohólico que necesitaba amor?

Connor no pudo averiguarlo.

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Octubre 12, 2039.
10:26 hrs.
Casa de Hank.

El canto de las aves sonaba como si les hubieran puesto un micrófono de condensador de alta calidad conectado a un sistema de sonido para un concierto de rock de los 90's. La luz insignificante que entraba a la habitación quemaba sus ojos y la cabeza le dolía tanto que consideró seriamente morir antes de seguir aguantando la aguda migraña.

Observa el lado vacío de la cama. Había dormido sin compañía durante muchos años pero en ésta ocasión sentía que algo faltaba. No indaga mucho, inicia un viaje hacia el baño que parece eterno y toma una larga y fría ducha que le ayudaría a despertar. Las resacas eran horribles, ¿Todavía tendría de las pastillas que Connor le había comprado tras una exhaustiva búsqueda en internet? De no ser así prefería quedarse en casa a salir a buscar con toda esa luz solar dispuesta a volver más intenso su dolor de cabeza.

Connor. Había sido muy grosero con él el día anterior. Debía disculparse; estaba consciente de que no podría seguir siendo un hombre fuerte mientras el 11 de octubre siguiera existiendo. Toda esa fea manera de ignorarlo para evitar ser acompañado en un momento tan duro había sido con una buena intención, porque no deseaba que el androide le viera tan destruido y vulnerable, no de nuevo. Sin embargo debía pedir disculpas, fue el primero en pedirle a Connor ser "más humano" y por ello no era siquiera posible que lo tratara como una máquina sin sentimientos, se merecía el debido trato; Connor se merecía todo lo bueno que pudiera ofrecerle.