XIV. Jardín.

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–A la mierda los preliminares.

Estaba asustado. ¿Era esa la palabra? En su estómago se aglomeraban diversas sensaciones tales como cosquilleo y presión que subían hasta el centro de su torso y se esparcían al resto de su ser con cada pulsación del corazón. Probablemente era adrenalina, ¿Emoción? ¿Sorpresa? ¿Deseo? ¿Todo junto?

Su piel se eriza cuando los dedos del hombre mayor se deslizan hacia abajo desde la clavícula hasta su ombligo antes de que las calientes manos lo tomen con firmeza mientras es besado. Los besos; Connor no podía decidirse por la palabra correcta para describirlos, quizá no había, o podría ser que no estuvieran incluidas en su diccionario tan técnico y formal. ¿Había algo que uniera lo duro y gentil? ¿Lo rudo pero delicado a la vez? El androide quería, necesitaba reflexionar sobre ello, pero la actual ubicación del objeto de su investigación había llegado hasta su cuello ocasionando que ya no pudiera racionar.

Abraza a Hank por el cuello y pasa sus dedos por el cabello cano del hombre que anhelaba, lo acaricia y jala cada vez que de su voz salen sonidos impropios de un androide serio como solía serlo él. La respiración se vuelve temblorosa, su mente da vueltas, se siente confundido y mareado, cada nueva cosa que tocaba a éste nuevo cuerpo tan sensible causaba que su corazón vibrara con pasión y emoción.

Se pierde entre las palabras bonitas que son susurradas sobre su oído y las caricias gentiles que hacen presencia en todo su cuerpo, no se percata de cómo ni cuándo sus prendas son retiradas de su cuerpo pero tampoco se preocupa en averiguarlo, pues su atención se centra en Hank tocándolo como si fuera la más delicada obra de arte.

Abre los ojos cuando las atenciones disminuyen y le brinda una sonrisa amable antes de tomar las manos del teniente y posar sus labios en ellas.

–Tranquilo, Hank. –Le dice en voz baja, estaban solos y nadie se metería en su conversación, pero en éste ambiente tan íntimo lo creía necesario. Besa los labios de su teniente y sonríe cuando la barba le hace cosquillas.

Se convierte en un guía cuando conduce las manos ajenas por su propio cuerpo y le invita a tocarlo con más libertad, gimiendo cuando su miembro erecto es envuelto y masajeado cuidadosamente de arriba hacia abajo. La mirada de Hank parece preguntar si así estaba bien, y Connor asiente. El castaño debía considerar la inexperiencia de los dos, estaba haciendo lo posible por no acelerar las cosas para Hank y dejarlo explorar tanto como quisiera, pero su cuerpo parecía no querer hacerle caso. Estaba caliente, y no hablaba de la forma literal para un androide, estaba caliente, como decían los humanos. Necesitaba a Hank. Respira profundamente para encontrar la paciencia que necesitaba.

Con el pulgar, Hank dibuja círculos sobre el rosado glande y desliza su mirada entre el falo y los adorables gestos del androide, que le dice entre palabras entrecortadas que lo estaba haciendo bien. Se encarga de jugar con el endurecido pene explorando cada reacción que podía sacar del castaño si lo hacía lento o rápido, o si lo apretaba con levedad.

SERIAL KILLER || Hank X Connor [Detroit:BH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora