XXV. Fluir.

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La maravillosa complejidad de sentir todo lo que sucedía en su entorno de nuevo, fue opacada por lo que ello significaba

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La maravillosa complejidad de sentir todo lo que sucedía en su entorno de nuevo, fue opacada por lo que ello significaba.

Miró sus manos, limitadas por las esposas de diseño futurista que se conectaban con su sistema para anular cualquier servicio que le diera acceso a la red; sus ojos marrones deslizándose hacia el hombre de apariencia semejante, siendo un mejor actor esta vez.

Se encontró respirando con la rapidez que creía necesaria para aminorar la presión sobre su pecho, sus pulmones trabajando en su máxima capacidad, gotas de sudor cayendo por sus sienes.

No pudo gesticular cuando uno de los oficiales que se encargaba de escoltarlo hacia la sala preguntó si algún archivo ". Exe" había dejado de funcionar, broma que hubiera respondido de forma sarcástica si ese fuera un buen día. No lo era.

Cuando no hubo una reacción hacia su claro intento de molestar, el uniformado decidió empujarlo con la punta de su arma con el ego hundido y su fantasía de comediante destruida.

El forcejeo subió varios niveles de intensidad los últimos diez metros, cuando Connor finalmente se percató de que estaba a punto de ser juzgado como el individuo equivocado, otra vez.

El pacífico silencio de la corte fue perturbado por los sonidos de sus súplicas, pidiendo que lo reconocieran como el hombre que era y no un asesino. Él no era un asesino. No ahora; no después de la revolución androide.

Busca a Hank con desesperación, porque es lo único que le queda. Nadie más que él podría entender, saber, conocerlo tan bien como para convencer a los demás del nuevo cambio.

Avivado por la energía caliente, intensa y salvaje de su cuerpo sano y sensorial, grita con la cantidad máxima de decibeles que le permite su hardware, mientras la sangre azul que corre por sus venas artificiales se encarga de mantenerlo en pie, listo para pelear.

A final de cuentas había nacido para ello; el androide estaba hecho para el conflicto, la guerra, la muerte. Evitaría lo último a toda costa, pero si tuviera que golpear a unos cuantos -sobre todo a su igual- lo haría sin dudarlo.

Finalmente se rinde; sí, resistirse le haría ganar tiempo, incluyendo el hecho de que daría a conocer un suceso que probablemente cambiaría la decisión de las personas que lo estaban juzgando, pero sin mayores pruebas, ¿de qué serviría?

Exhala todo el aire de sus pulmones como si de esa forma desechara todas las frustraciones que lo comen desde adentro; sus músculos se relajan y finalmente su corazón artificial palpita a un ritmo más humano.

Con la creciente calma que se apodera de su cuerpo (una especie de escudo que había activado para aminorar el impacto de las próximas decisiones que serían tomadas) se percata de que su garganta duele, y puede recordar a Hank diciéndole que los excesos al final traen consecuencias. Era irónico en su momento, porque en aquel entonces su adicción al alcohol seguía en su auje, y estaba intentando darle una lección a un androide que, en su corta vida, poco se había excedido.

SERIAL KILLER || Hank X Connor [Detroit:BH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora