SERIAL KILLER || Hank X Connor [Detroit:BH]

XV. Conjeturas.

El aroma lo despierta; sólo en la cama, de nuevo. Se estira y bosteza, una pequeña lágrima se forma en el rabillo de uno de sus ojos. Se sentía más ligero, podía ser la sensación de alivio que le provocaba el haber dejado de ocultar sus sentimientos, o el estar viviendo de nuevo un apasionado amor juvenil, o tal vez el maravilloso sexo, no importaba. Sólo necesitaba abrazarlo por más ridículo y asquerosamente romántico que sonara.

No pone atención al cambio hasta que termina de lavarse los dientes y se da tiempo para verse con detenimiento; no era un hombre tan reflexivo por las mañanas porque la mayoría de éstas amanecía con resaca, pero ésta vez se encontraba de humor. Connor era el androide que se había robado por completo su corazón y le había dado nuevos motivos para seguir aferrándose a su estúpida vida, todo saldría bien. Todo, todo saldría bien.

Ladea ligeramente la cabeza intentando que aquello dentro de su cabeza conectara correctamente para reaccionar, y cuando lo hizo frunció el ceño. ¿Una coleta? ¿Cuándo, cómo? Camina con pasos decididos hacia la cocina, con las quejas en la punta de la lengua, pero se detiene apenas respira de nuevo.

El desayuno debía saber delicioso si ese era su olor. Observa la mesa, estaba ya todo listo para que se sentara y ese café humeante se veía tentador. Toma la taza y sopla, tomando un sorbo, entonces levanta la mirada, quizá había sido un error; en veces no sabía si Connor era terriblemente inocente, tonto, o si hacía las cosas con el propósito de joderlo, pero ahí estaba parado frente a la estufa terminando de hacer los hotcakes usando meramente el suéter que le quedaba considerablemente largo, y el delantal con la leyenda "amo cocinar". Hank sintió la muerte cerca tras ahogarse con ese trago de la caliente bebida.

Deja la taza en la mesa antes de acercarse y abrazarlo por la espalda, ¿Estaba siendo demasiado meloso? Ya estaba viejo para eso, pero tenía la gigantesca necesidad de actuar así, se sentía un tonto.

Besa el hombro que queda al descubierto y avanza hacia su cuello mientras escucha al androide darle los buenos días y comenzar a hablar sobre lo que había preparado. No pone mucha atención, estaba más concentrado en la posición de sus labios y manos, estas últimas sobre las suaves piernas del castaño.

– ¿Por qué le haces esto a un anciano? –Cuestiona el teniente, cortando la oración que estaba diciendo el androide.

– ¿Hacer qué? –Cuestiona, apoyando su espalda en el pecho del mayor, apreciando la calidez que desprendía.

–No traes pantalones.

–Oh, eso. Leí en internet que a los hombres les gusta, así que quise intentarlo. ¿No te gusta, Hank? –La pregunta sale con un tono inocente que el teniente sabe que ha sido fingido. Seguramente en algún momento tendría que detenerse a pensar si estaba creando a un monstruo o no.

–Me encanta, pero después de lo de ayer... Y ahora estoy intentando ignorar ésta presión intencional en mi entrepierna, no sé qué debería hacer contigo, Connor.