XVII. La distracción.

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–Has estado mirando eso por horas.

Fallas. Su vida estaba basada en fallas, una tras otra, casos, divergentes, asesinatos. Todo equivalía a fallas que había cometido, no merecía ser el prototipo en el que Cyberlife tenía esperanza. Suspira, su nariz estaba congestionada después de haber llorado en silencio dentro del baño de la central de policía.

Débil. Si no fuera divergente no podría sentirse así, si no hubiera tomado la estúpida decisión de volverse divergente podría ser más objetivo. Ahora se sentía más humano y tenía todo ese cúmulo de sentimientos y emociones, estaba agonizando en su propia miseria.

Sólo era un asesino con una banda de maniacos defectuosos, ¿Había razones para no haberlo atrapado aún? Connor era el detective más calificado para ere caso, tenía toda la información en sus manos pero no podía hacer nada con ella. No sabía nada, no entendía nada.

Sentado, apoyando los codos en sus piernas y usando sus manos como soporte para su mentón, observa el pizarrón con los datos. Las ubicaciones no le decían nada y tampoco había algo que pudiera sugerir el lugar de la base de los criminales, los descubrimientos que había hecho durante el día no le ayudaba a predecir lo que sucedería después, sino a entender lo que ya había pasado. No tenía nada nuevo.

–Connor, ya basta. –Hank pone su mano sobre el hombro del androide. Era tarde y el edificio estaba casi vacío, sólo estaban unos pocos oficiales del turno nocturno. Connor le mira.

Mantiene sus ojos castaños sobre los preocupados orbes azules. Si no hubiera conocido a Hank, nada de esto estaría sucediendo. Hubiera detenido a los divergentes al no ser influido por sentimientos humanos, no sería uno de ellos y el teniente estaría a salvo de un psicópata en potencia. Cierra los ojos al volver a su antigua posición.

Estaba molesto, estaba pensando mal las cosas. Hank no tenía la culpa de nada, quizá sólo de ser tan lindo. Suspira, si no hubiera conocido a Hank, éste continuaría con su conducta autodestructiva o se habría suicidado. Había salvado su vida y trataba de mejorarla; Connor había sido un bien para Hank.

Esa frase la vuelve un mantra que repite mientras el teniente le lleva al auto.

El androide se había apoderado de la radio desde que Hank le hubo regalado el IPod; al teniente le encantaba su selección de música porque siempre se adaptaba al momento, pero no servía de nada tener una canción que repetía infinitas veces estar triste porque además de aumentar la actual depresión de Connor, también entristecía al teniente. Era un sentimiento contagioso.

Conduce todo el camino sin decir nada, mirando a su novio de reojo y observando en el reflejo de la ventana su led que, en vez de estar en el casual amarillo "pienso mucho", mostraba un rojo "estoy al borde de la autodestrucción". Acerca su mano a la del castaño y la toma, aguantando la respiración temiendo que la arrancara en un acto de furia extrema, pero en vez de eso Connor sólo desactiva la piel y cierra los ojos.

SERIAL KILLER || Hank X Connor [Detroit:BH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora