XVIII. El androide enviado por Cyberlife.

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Respiración entrecortada, su espalda choca contra la pared y exhala todo el aire que había en sus pulmones, alcanza a inhalar antes de que los hambrientos besos del androide toquen los propios y se sienta arder por el contacto; pasando sus dedos por los cabellos cortos y castaños de su nuca, profundiza el beso jugando con su lengua hasta que finalmente se separan.

Hank jadea, Connor se muerde el labio. Estaba cumpliendo con su palabra, cosa que el teniente había dudado por un momento; qué tonto, su novio androide no solía soltar amenazas sexuales por nada.

Ríe cuando el castaño se hinca frente a él, cierra los ojos y por un momento se permite sentirse estúpido. No habían llegado ni siquiera a la habitación, estaban en la entrada; las bolsas con sus compras regadas por el piso y Sumo había desaparecido de su vista apenas abrieron la puerta. Connor le hacía recordar su juventud, estaba haciendo cosas locas, pero se sentía feliz.

Acaricia la tersa piel en la mejilla del androide y le regala una suave sonrisa que es correspondida; incluso cuando Connor tenía sus arrebatos de pasión desenfrenada era tan maravillosamente tierno que Hank se sentía morir. Morir, la palabra revuelve las entrañas del teniente, debía dejar de pensar en eso pero mientras más trataba de olvidarlo, aparecía más en su mente. La culpa se lo comía desde adentro, y es que Connor estaba consciente de lo que era la vida y la muerte, pero jamás había experimentado la pérdida de alguien cercano. Le había dado vueltas al mismo tema muchas veces.

Le quedaban pocos años para disfrutar la temeraria vida de un teniente homosexual enamorado hasta la médula; debía comenzar a equilibrar cada aspecto en su día a día porque lo que tenía en ese momento en sus manos poco a poco se le iría, el sexo, la salud y probablemente el "amor androide" de su novio.

Se queja cuando sus testículos duelen, entonces encuentra a Connor apretándolos con la mano.

–Ponga atención a lo que hago, teniente. –Pide, ¿O estaba ordenando? Hank sabía que su pareja necesitaba desesperadamente una distracción para detener, aunque fuera por un rato, toda esa maraña de pensamientos que recorrían su sistema; el teniente asiente y lo observa detenidamente cuando comienza a lamer su falo.

Era más que eso, más que la asombrosa sensación de la caliente cavidad envolviendo su pene y llevándolo hasta su garganta y que las suaves yemas de los delgados dedos acariciando lo que estaba a su alcance; era Connor. Sus pestañas largas que por poco alcanzaban sus mejillas, las cejas, los ojos que mostraban una mezcla peculiar de inocencia y malicia, su cabello corto, el led que en ese momento estaba en un pacífico azul, todo lo que le hacía ser él, su esencia, sus palabras, su forma de pensar, sus inseguridades y su estúpido humor. Hank estaba jodido, pero muy enamorado.

Se empuja dentro de su boca haciendo que el androide cierre los ojos con fuerza antes de bajar sus manos, ponerlas sobre sus rodillas y dejar que Hank lo tome como quiera. ¿Cómo podía Connor ser adorable un momento, al otro todo un semental, y luego dejarse hacer de una forma tan sumisa en un solo encuentro sexual? Hank sabía que no debía indagar mucho en ello, no llegaría a nada porque simplemente así era su novio, complicado. Tanto o más que como un humano.

SERIAL KILLER || Hank X Connor [Detroit:BH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora