Se paseaba inquieto de un lado a otro de su estudio, con su derecha sosteniendo su barbilla y su mano izquierda a la espalda pensaba como es que se había dado esa situación y como había acabado él así.
Había sido una dura confrontación de la cual había salido derrotado como tantas veces, sus dos adversarios no le habían dado tregua esta vez. En clara sintonía sus continuos envites habían derribado sus defensas quedándose sin opciones.
Y ahora en la soledad de su estudio meditaba cual sería su siguiente pasó. Recordaba haberlo hecho hacía muchos años atrás pero eso no le ayudaría en esos momentos, no estaba preparado para ello y el tiempo corría en su contra.
Toc, toc, toc - el suave golpeteo sobre la puerta lo sacó de sus pensamientos.
- Adelante - dijo con voz severa.
Al instante entraba su asistente sosteniendo una caja entre sus manos, se acercó a su jefe y le entregó el paquete.
- ...¿Señor? - inquirió con timidez - ¿está seguro de querer usarlos? - señalaba con cierta aprensión la caja - ¿no será peligroso? - volvía a preguntar ahora mostrando preocupación.
- Tal vez, pero no tengo otra opción. - respondió con seriedad.
Sin decir nada más Nathalie salió de la estancia dejando a su jefe una vez más solo.
Retiró la tapa de la caja y su piel se erizó al ver las afiladas cuchillas, las sostuvo contra la luz que entraba por las ventanas viendo como el destello recorría limpio el intimidante filo.
Confiaba en no cometer un error al utilizar aquellos instrumentos, aunque era inevitable su uso, era a lo que lo habían orillado.
Sonó el timbre de la casa y al momento el hall se llenó de voces y risas, dio un último vistazo al interior de la caja y la cerró. Soltó un pesado suspiro preparándose para lo que se le venía encima.
Al abrir la puerta una tenue sonrisa apareció en sus labios al ver a Emilie sosteniendo en brazos al pequeño Hugo mientras que Marinette estaba en cuclillas frente a Louis abotonándole el abrigo.
En cuanto lo vio, Emma se soltó de la mano de su padre y corrió feliz hacía su abuelo.
- ¡Abuelo! - se abrazó efusiva a las piernas del diseñador - ¡¿Estas ya listo?! - exclamaba entusiasmada.
- Je,je, si, ya estoy preparado. - respondió aun nervioso pero sin dejar de sonreír hacia su nieta.
- ¡¿Nos vamos ya?! - preguntó Louis igual de exaltado que su hermana.
- Si claro, vamos.
- ¡Señor! - apuró su asistente saliendo del estudio con la caja - no olvide los patines.
Gabriel rodó los ojos ante la inoportuna intervención de Nathalie.
- Niños que lo pasen muy bien - dijo amorosa Emilie - cariño que te diviertas. - con Hugo en brazos se acerco a su marido para dejarle un beso en la mejilla.
Intimidado tomó los patines ante la expectante mirada de sus nietos y el divertido gesto en la cara de su familia.
Aun no sabía cómo se había dejado convencer, ¿pero cómo decirle que no a esos pequeños ojos que suplicaban con la mirada que los llevara a patinar a la pista de hielo que estaba frente al ayuntamiento de Paris?.
Entre la alegría de los niños y el agobio de Gabriel se despidieron y salieron de casa.
- ¿Gabriel sabe patinar sobre hielo? - preguntó Marinette no muy convencida al ver la angustia en la cara de su suegro.
- Hace muchos años fuimos a patinar sobre hielo y la verdad... - Emilie guardo silencio pensativa - Adrien será mejor que vayas con ellos.
- No te preocupes madre, Emma y Louis saben patinar muy bien. - dijo con orgullo.
- Cariño, lo sé, pero es tu padre quien me preocupa.
Marinette tuvo que contener la risa por el comentario y al imaginarse a su suegro y a sus hijos sobre el hielo.
FIN

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Junio con Gabriel
FanfictionPequeños relatos sobre Gabriel Agreste. #JunioConGabriel [Todo el crédito de la portada es de LadyDoptera] Disclaimer: La trama es original y está basada en los personajes de la serie animada "Miraculous: Les aventures de Ladybug et Chat Noir". Los...