Escuchar

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Este capítulo está dedicado a @LadyDoptera . Eres simplemente increíble.

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Algo que caracterizaba a los Agreste es que solían ser parcos en lo que a palabras se refiere. Al momento de expresarse sobresalía su elocuencia pero siempre con medida, sin excederse en verborrea fútil e inútil. Así había sido educado Gabriel y así él había enseñado a su hijo, de ahí que Félix no destacara por ser un conversador nato entre sus amistades.


Había otra característica aun más destacable que la anterior que solo se reflejaba en Gabriel, tal vez fuera porque en su juventud se viera abocado a perseguir en solitario su sueño, luchando sin apoyo alguno contra todos aquellos mensajes de "no sabe lo que hace" o "está equivocado, nunca llegara a ser nada", que hasta sus más allegados repetían hasta la saciedad  o quizás habían sido todas aquellas criticas malsanas que sin compasión vertían sobre él cuando apenas empezaba a despuntar en el mundo de la moda. Era por todo ello que al final se había acostumbrado a pasar por alto las palabras de los demás. Y si a esto se agregaba el nivel al que Gabriel se abstraía en sus pensamientos, era fácil encontrar a un entregado diseñador que era capaz de oír a todos pero de no escuchar a nadie.


Sin inmutarse ni siquiera un ápice el rostro de Félix permanecía inflexivo a pesar de que en su interior estaba eufórico por la noticia recibida, con avidez volvía a leer la carta que había recibido esa mañana, en ella le ratificaban su aceptación al curso  de empresariales que había solicitado en su colegio, aunque no lo pareciera le hacía mucha ilusión poder estudiar durante seis meses algo que le apasionaba y que esperaba en un futuro poder dedicarse a ello. El gran escollo es que tenía que devolver la hoja de inscripción ese mismo día firmada por su padre y eso era una tarea un tanto complicada, ya que lo primero que debía conseguir era que lo escuchara para decirle que tendría que dejar alguna de las actividades puestas por él.


Antes de que enviara la solicitud hacia un mes había procurado hablar con él pero siempre había un "más tarde" que nunca llegaba. Por mucho que le doliera reconocía que su padre nunca se daba un momento para escucharlo, así que anteponiendo su ilusión al miedo de la reacción de su padre, dio ese pequeño paso y envío la solicitud. Ahora volvía a verse en la tesitura de hablar con él, dando una profunda inhalación, hincho sus pulmones y con la inscripción en la mano y la determinación en la mirada salió de su habitación.


No tuvo que buscarlo mucho, al llegar al hall él salía de su estudió con su teléfono en la mano y la mirada fija en la pantalla de este.


- Padre. - lo llamó no dejando de lado sus nervios - Necesito que me firmes la hoja de inscripción a un curso de empresariales al que asistiré el próximo mes. -  inhalando con pesadez por la nariz le había soltado la noticia a su progenitor , quien no apartaba la vista de la pantalla del teléfono - Tendré que dejar las clases de chino ya que no tendré tiempo para ....


Antes de que pudiera decir algo más su padre levantó su mano hacia él, indicándole que guardara silencio y acercando el dispositivo a su oreja. Incrédulo veía como iniciaba su conversación, el hombre no había escuchado ni una palabra de lo que le había dicho.


Resignado suspiró y dando medía vuelta comenzó a subir las escaleras hasta su habitación, donde esperaría a tener otra oportunidad.


Decidió esperar a la hora de comer para intentar hablar con él, sería más fácil que le escuchara si estaba alejado de su trabajo y así podría explicarle en qué consistía aquel curso y porque era importante para él.


Era la una y tomando de nuevo la hoja de inscripción bajo al comedor, su sorpresa fue  al llegar y ver en la mesa únicamente servicio para uno, sin ocultar su molestia se encamino hacía el estudio de su padre.


Junio con GabrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora