La mala madre

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Después de que regrese con Ed, parecía que las cosas mejorarían. El problema ahora fue que en mi estado y con toda la carga emocional que llevaba, empecé a delegar los cuidados de mi hijo a mi suegra. Me obsesione con Ed y siempre desconfiando me pasaba llamándole y celandolo por todo.
Al ver que a Ed no le importaba mi presencia mas que para cuidar del niño, empecé a descuidar mis atenciones de madre por celos a mi propio hijo.
Ed me ignoraba y me reprochaba que cada vez mi aspecto físico era terrible.
Me dedique a llorar, me encerré en mi propia oscuridad siempre pensando que era poca cosa y sin valor ante todos. Deje de comer, de salir de la habitación y los dias pasaban, no recuerdo cuantos, pero seguramente fueron muchos. Ed me tachaba de loca, y que si quería irme de la casa que lo hiciera pero que el niño se quedaba con el.
No recuerdo exactamente como fue que en mi desesperación por salir de ese lugar en donde me sentía ignorada, y en desesperación, le dije que me iría de la casa. Que el niño se quedaría con el y que yo no quería verlo mas en mi vida, que me quedaba claro que su único interés era su hijo y que yo no valía nada para el.
Esa mañana su mamá me hizo firmar una vulgar hoja de papel donde yo firmaba que efectivamente le dejaba a mi hijo en su cuidado para irme.
Recuerdo que no me lleve mas que unos cambios de ropa.
Y esa mañana en vez de irme a casa de mi familia solo fui a casa de aquellos amigos que me adoptaron como hija en aquellos departamentos donde estuve meses atrás antes de conocer a Ed.
Les dije que había discutido con Ed y que me dieran asilo unos días.
Los siguientes dias , me dedique a vagar, me metía a cualquier antro, me acosté con cualquier tipo que llegara al precio y me embriague hasta decir basta.
Pero cuando los efectos del alcohol pasaban, me sentía como una completa basura, en mi razonamiento me decía a mi misma, que tipo de mujer era yo, si había dejado a mi hijo con su padre, que era un completo alcohólico hijo de mamá.
Mi culpa era tan grande que una tarde  salí a caminar por la ciudad sin rumbo. Recuerdo que mi mente solo me escuchaba a mi misma decir: no mereces la vida que tienes.
Esa tarde estaba decidida a llegar a un puente, y dejarme caer, así terminaría con mi vida miserable.
Mi intento por caer del puente se frustró. La policía me detuvo e hizo contactar a Ed.
Completamente ausente de mi, Ed llego y me tomo para llevarme a su casa. Me bañaron, me limpiaron y me sedaron.
Pasaron días hasta que por fin me levante y pedí ver a mi hijo. Le pedí a Ed que me llevase con un medico, que sabia y era consciente de que mi problema era psicológico, que necesitaba ayuda para continuar con mi vida, para cuidar de mi hijo.
En los días siguientes, me dijeron que ya sabían lo que necesitaba, me dijeron que me internarían en una clínica psiquiátrica.
Asustada, busque la forma de contactar a mi tía, le dije que por nada del mundo permitieran que me encerrasen en aquel lugar, que si estaba enferma pero que no era para tal manejo.
Fue entonces cuando una mañana, mi tía llego en un coche por mi, y pidió que le dieran al niño, que ella se haría cargo de nosotros.
Fue así como por dos meses mi tía nos cuido y con amor y paciencia logró ayudarme y sacarme de esa depresión en la que me encontraba hundida.
Esos meses fueron de reconciliación con mi padre, el empezó a buscar a mi hijo, y a mi, después de muchos años entendí que mi padre nunca me dejo de querer.
Mi hijo ya con 6 meses y yo mas recuperada, empezó a sentir mi calor y mis cuidados.  Ed regreso por nosotros y nos llevó de nuevo a casa de su madre.
Estaba decidida a ya no darle importancia a sus comentarios hirientes, a su indiferencia y a su maltrato.
Me entere de sus conquistas en mi ausencia, e inteligentemente las ignore.
Me jure a mis misma hacerle pagar por todo lo que me hacia.
Y comencé a elaborar mi propio modo de cobrarle factura por todo el daño emocional que me causaba.
Fue entonces cuando me convertí en "su mujer perfecta".....
Lo llene de atenciones, pese a que sabia de sus infidelidades, fingía no no darme cuenta, lo atendía desmedidamente, y fingí celos, empecé a cuidar mi apariencia, y en la cama, fui su puta. Le cumplí cada capricho que quería, a propósito lo hacia tener sexo conmigo a cada rato y en cualquier sitio donde estuviese.
Aunque no me gusta el softboll, lo acompañaba a sus partidos con mi hijo en brazos, lo dejaba embriagarse sin reclamos, y entonces se me ocurrió la maravillosa idea de darle mis somníferos , lo hacia dormir para no tener que acostarme con el.
Poco a poco me gane su atención.
Hice notar mi presencia con sus amigos, todos me admiraban por ser joven, incluso le decían que era un idiota al no valorarme.
Entonces supe, que ya lo tenia en mis manos, que estaba enamorado, pues ahora no llegaba tarde, que dejo sus andadas y a sus mujeres. Que estaba mas dedicado a su hogar y presumía a su familia.
Después de un año de que nació mi hijo, decidí buscar empleo. Me sentía fortalecida, llena de ánimos y mi hijo me daba el aguante. Justo cuando ya había decidido a trabajar como cajera en una farmacia, me llego la noticia de que una Dra buscaba auxiliar, la misma chica, a la cuál le quedo mi puesto de mi anterior trabajo, me llamo para darme la noticia.
Fue entonces cuando me decidí a ser la mujer dedicada al trabajo y a mi hijo...  Esperando sigilosa el momento adecuado para irme lejos con mi hijo y empezar de nuevo, pero sin Ed.

Att. La Dama de CompañiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora