Secreto en libertad

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Después de haber firmado el acuerdo de guarda custodia de mi hijo, me dedique de lleno a trabajar, y a estudiar. Viajaba todos los días de mi pueblo al trabajo. No me era difícil pues empecé a padecer mas insomnios y aveces pasaba noches enteras despierta, esperando el siguiente día para irme a trabajar. Las actividades de la universidad y el trabajo me mantenían ocupada pero cuando cumplía con todo, al llegar la noche, me encontraba en una habitación vacía, con sus juguetes y su ropa en el mismo lugar que cuando se lo llevaron.
En mi trabajo, explotaron mi exceso de tiempo, pues ahora no me negaba a cubrir mas horas o hacer turnos dobles si se requería. Tome diplomados para hacer masajes, y aprendí mas sobre la anatomía de la piel en talleres de peeling químico, poco a poco me empape mas sobre tratamientos faciales y corporales, y cuando me di cuenta, era yo quien hacia gran parte del trabajado en el Spa y se me delegaban mas responsabilidades, en quirófano empecé a dar ayudantía como cualquier cirujano salvo por que no sabia suturar, el hecho era, que había ganado tal experiencia que ya no era necesario llamar a un medico ayudante, si no que la cirujano y yo con ayuda de otra enfermera hacíamos las cirugías mayores que por lo regular se hacen con dos médicos y una sola enfermera.
Era para mi un alago que muchos me llamaran Dra en los quirófanos, pero siempre aclare que era una instrumentista, a mi colega, le enseñe todo lo que sabia, la intensión era que ella también aprendiese tanto como yo, para que cuando yo lo necesitara, pudiese faltar.
Podría decirse que esos meses en el hospital fueron los mejores en cuanto a crecimiento como persona y como profesional, me había propuesto estudiar y culminar para poder especializarme, me había dado cuenta que la cirugía en general me gustaba.
De vez en cuando aun visito a aquella Dra que fue mi primera jefa años atrás, nos llevamos bien, como amigas, confió en ella mi salud desde hace mucho, y siempre es un placer verla. Siempre al tanto de lo que es mi vida y dándome consejos como una madre a su hija. Cuando supo de la separación de mi pareja y mi hijo me ofreció su apoyo en caso de ser necesario, siempre me dijo que había hecho una pésima elección de pareja, pero que al verme ilusionada le parecía que tal vez funcionaría y que lamentaba todo lo que pasaba.
Muy aparte de lo que me ocurría en el trabajo, en la universidad me hice de buenos amigos hasta la fecha. Las clases de domingos eran de 7 Am a 3 pm.  Casi todos con experiencia al ramo y trabajadores, casados, solteros, separados, con novias o novios etc....
Al principio no lo sabíamos, pero una chica de nombre Loly como decimos de cariño y yo...nos hemos convertido en grandes amigas, puedo con ella hablar sobre cualquier tema, ser un libro abierto con ella, y si es necesario es capaz de aventarme de un segundo piso por si me apendejo por alguien.
Tan bien nos empezamos a llevar, que cuando nos dimos cuenta, ya fumábamos juntas o nos salíamos de clados por el café o alguna chuchería para no dormirnos, y mejor aun solíamos salir de clases y tomarnos una que otra cerveza casi religiosamente junto a un compañero que es hasta hoy víctima  que le hacemos por su estatura.

En el amor, por hacer una referencia....
Empecemos por que estando en un pueblo pequeño era evidente que encontraría a Javier en cualquier lado, solía invitar a mi mejor amiga a cenar en algunas ocasiones, y muchas de esas veces nos encontrábamos a Javier, era tan abierto que donde fuese que se encontrara conmigo no perdía oportunidad de plantarme un beso.
Se acercaba las fiestas patronales de cada año, las fechas en que ocurrió aquello con mis gemelas, la nostalgia me invade justo en esas fechas desde entonces.
Ed por su parte, parecía estar muy entretenido con alguien mas, y me buscaba poco, a diferencia de meses atrás que trataba de convencerme de regresar con el. Nos limitamos a hablar solo del niño, y lo que tuviese que ver con su salud, y su futuro ingreso al preescolar.
Cada sábado acudía por mi hijo, salíamos al cine, al parque o a cualquier lugar que el quisiera visitar. Pasaba fines de semana visitando a la familia, a su abuelo y los domingos lo regresaba como acordamos.
Al principio las separaciones eran difíciles, era aun pequeño, no entendía muchas cosas y lloraba. Recuerdo que su abuela solo me decía:
-  no te aflijas, ya se le va a pasar

Att. La Dama de CompañiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora