A las 10 de la noche nos quedamos a solas. El salón estaba lleno de cajas de pizzas y latas de refrescos. Apestaba a sudor después de que Luke intentara bailar una coreografía con las bailarinas para decidirse entre sus dos favoritas.
- ¿Te ayudo?
Calum estaba recogiendo todo mientras se oía de fondo la radio. Cada dos por tres se daba la vuelta para comprobar que seguía ahí, me sonreía y volvía a recoger.
- No, tú eres la invitada, no puedes ayudar.
Puedo hablar sobre lo cómoda que me sentí en el salón viéndolo recoger todo mientras tarareaba. Puedo contar lo feliz que me sentí cuando acabó y se acercó a mi para abrazarme. Puedo contar lo intenso que fue el momento en el que entré en su habitación y nos tumbamos en su cama a hablar. Puedo contarlo, pero dudo que existan palabras para describirlo.
- Me rompieron el corazón hace dos años. - contó. - Estaba muy enamorado, pero ella no lo estaba tanto. Estaba conmigo por la fama y mi dinero.
- En ese caso es positivo que se haya ido, ¿no crees?
- Supongo. - suspiró y miró nuestras manos entrelazadas. - Pero aun así fue duro. Lo pasé realmente mal. Yo solo quería amor y me convencí de que no lo encontraría si seguía siendo famoso. De hecho, estuve a punto de dejarlo todo e irme a trabajar al campo...
No pude imaginarme la escena.
No pude imaginar un talento tan grande como el suyo trabajando en el campo.
- Me alegro de que no lo hicieses.
- Yo también. No me gusta el campo, lo habría pasado fatal.
Cerró los ojos y sonrió, como si estuviese imaginando cómo sería su vida de haberlo dejado todo. Quizás estaría rodeado de animales que le diesen el amor que su ex no pudo darle. O cantaría en silencio en medio de la nada.
Apoyé mi cabeza en su pecho.
- Seguramente estarías feísimo vestido de granjero.
- Seguiría siendo igual de sexy, Ama.
Envolvió mi cuerpo con sus brazos y siguió con los ojos cerrados. Al cerrar los ojos tenemos la falsa idea de poder retener mejor cada detalle del momento. Tal vez sea cierto, pero yo no podía quitar los ojos de Calum. Cada gesto, sonrisa y palabra me confirmaba que venir había sido muy buena idea.
Nos quedamos en silencio durante una hora. Pensé que estaba dormido pero al cabo de varios minutos abrió los ojos y me sonrió.
- ¿Qué hay de ti?
- ¿A qué te refieres?
- A tu corazón.
Lo entendí al instante.
No me hacía ilusión hablarle de Álvaro pero supuse que aquel sería un buen momento para sincerarme.
- Se llama Álvaro y fue mi primer novio.
Le conté todo.
Hablé sobre lo que hicimos, lo que visitamos, los planes que teníamos y todas nuestras noches en vela. Abrí mi corazón y acabé temblando. Era la primera vez que hablaba tanto sobre él sin echarme a llorar y, sorprendentemente, fue agradable. Fue como si estuviese soltando la carga de todos aquellos meses.
- Y me puso los cuernos con mi mejor amiga. - terminé.
- No sabe lo que se pierde. - dijo, dándome un beso en la frente.
- Sí que lo sabe, pero le da igual.
Pensé que me echaría a llorar. No se trataba de un llanto de tristeza sino de alivio. Mi cuerpo pesaba mucho menos. Era más suave, más ligera y más feliz. Acababa de soltar todo lo que llevaba dentro y notaba el cambio que eso había provocado en mi cuerpo.
- Ama.
- Calum.
- Me alegro de que te rompiera el corazón. En caso contrario no habrías venido aquí y no te habría conocido.
Tenía razón.
Las cosas suceden por algo. Lo malo nos da lecciones. Lo bueno nos da alegría. Es cuestión de cambiar la actitud ante nuestras circunstancias para sacarle el máximo provecho.
Levanté la cabeza de su pecho y lo besé con una sonrisa. El beso fue tan bonito, tan real, que al acabar sentí ganas de fundirme en un abrazo y no levantarme durante horas. Me devolvió el beso, y luego, y más tarde, y de nuevo. Perdí la cuenta del tiempo que pasamos besándonos en su cuarto. Mis manos en su pecho y las suyas en mi espalda. Fue un beso bonito, de esos que te quitan las ganas de marcharte a tu casa.
- ¿Puedo?
Me asusté al oír esa pregunta. No voy a mentir, estaba deseando que me tocara y me besara en todo el cuerpo. Tenía ganas de quitarle la ropa y entrar en mayor intimidad.
- ¿Qué?
- ¿Puedo curar tu corazón?
- ¿A qué te refieres?
- Sé que tienes roto el corazón. - pasó la mano por mi mejilla. - Pero si tú me dejas, puedo hacerte la chica más feliz del mundo.
Aquello fue mucho mejor que tener sexo.
Mucho, muchísimo mejor.
- ¿Puedo?
- Claro que puedes, Calum.
¡HOLA! Pido disculpas porque llevo mucho tiempo sin subir nada... he estado bastante liada y no tenía inspiración para sentarme y seguir escribiendo capítulos largos. Espero que todo os vaya bien.
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Aleave
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Whatever
FanfictionAmanda tiene el corazón roto por su ex. Calum ha sido traicionado por su ex. Los dos odian el amor. Se niegan a volver a caer en las garras de Cupido.... ¿No?