21. ¿Quién es?

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Xing es un chico genial. O un chino genial. O ambos.

- ¿Por qué no cocinas tú esta comida?

Estamos sentados en el comedor de la residencia, ambos en silencio mientras almorzamos comida china. Es la primera vez que en el comedor sirven comida de verdad, por lo que sospecho que es comprada de algún local externo.

Mi amigo levanta la vista de sus fideos y pone un gesto de confusión.

- ¿El qué?

- La comida china.

- ¿Te crees que por ser chino sé cocinar comida china?

Me quedo callada y me vuelvo a enfocar en mis fideos.

- Ganarías bastantes puntos.- murmuro.

Se echa a reír y pasamos el resto del almuerzo en silencio. 

Pese a no tener mucha confianza con él, es agradable poder estar sentada junto a alguien en este comedor. Normalmente me sentaba sola, y me sentía tan mal que muchas veces evitaba bajar en horas concretas.

Hoy, sin embargo, puedo estar comiendo sin sentir soledad.

- Me caes bien, Ling.- sonrío, agradecida por tener un amigo.

- Es Xing.

Sin poder evitarlo, me empiezo a reír y me atraganto con los fideos.


A las cinco de la tarde, me despierto de una siesta y me siento en el suelo, con varias prendas de ropa sobre la alfombra. No sé qué llevar puesto cuando vaya a casa de Calum, y cuanto más lo pienso, más me estreso.

Quiero salir bien en las fotografías que puedan sacar, pero tampoco quiero parecer muy arreglada porque yo nunca me visto de esa forma. Cualquier persona que me conozca lo más mínimo sabrá que estoy forzando demasiado la situación para llamar la atención.

Tras casi una hora y cinco canciones cantadas a pleno pulmón, me decanto por unos vaqueros y mi blusa favorita. 

El teléfono móvil suena justo cuando me levanto del suelo.

- ¡Mamá!- exclamo contenta al ver su número en la pantalla.

- ¿Cómo te va, preciosa?

Sonrío como una niña pequeña al escuchar la voz de mi madre y comienzo a relatar cada cosa que he hecho estos dos últimos días. No importa lo mucho que hablemos por mensajes, me cuesta pasar un día entero sin llamarla para saber cómo está. 

Cuando el reloj marca las siete, me levanto del suelo y corro al baño.

- Mamá, tengo que colgarte.- digo, buscando colonia.- He quedado.

- ¡Oh, madre mía, por fin! ¿Es una cita?

- No, claro que no.

Ella se echa a reír.

No me cree.

Puede que me crea todavía menos si ve las fotos o lee los rumores.

- Es un amigo, me está ayudando a olvidarme de Álvaro.

- ¿Cómo se llama?

- Calum Hood.

Tras varios minutos despidiéndome, cuelgo y me dispongo a prepararme para pasar la noche más loca de toda mi vida.


Son las ocho de la noche cuando aparco frente a una casa gigante. 

Hay un grupo de personas gritando frente a una puerta, llamando a Calum o cantando canciones de la banda. Cuando salgo del coche y me acerco a ellas, se callan.

Las ignoro.

No quiero mirarlas porque sé que me están sacando fotos.

No quiero sonreír porque sé que sabrán que sé que están sacándome fotos.

Quiero entrar y, cuando se marchen, volver a mi cama.

Toco el timbre y espero en silencio, nerviosa ante tanta mirada. El grupo ha dado varios pasos atrás, como si tuviesen miedo a ver aparecer un perro furioso cuando abran la puerta. Con un ruido espantoso, escucho la voz de mi amigo al otro lado de al puerta.

- ¿Quién es?

Antes de poder responder, abre la puerta y me sonríe, metiéndome dentro de su casa antes de que cualquier otra persona entre.

Vale.

Acaba de empezar una noche demasiado rara.



Hola, gente bonita. Muchas gracias por el apoyo recibido con el anterior capítulo. En poquísimos días tuvimos 12 votitos y eso es genial. Espero que este también os guste y podáis comentar y votar.

Por cierto, estoy pensando en empezar un proyecto que puede que salga muy bien o puede que no. Pero antes necesito saber qué preferíais ustedes para seguirlo: ¿twitter o un blog? Comenta con tu preferencia si estás dispuesta o dispuesto a leer lo que publique ahí.

PD: Este capítulo se lo dedico a mi fiel alarma. Esta chica es increíble porque se encarga de avisarme cada vez que tardo mucho en subir un capítulo. Y, por primera vez, ¡ME HE ADELANTADO A SU AVISO! 

Cuidaos mucho.

Muchas gracias por todo el apoyo.

Con cariño, 

Aleave

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