9. ¿Eres su novia?

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3 meses antes

Álvaro me agarraba de la mano con nerviosismo. Tenía una estúpida corbata a juego con mis tacones. Era una estupidez tener que ir conjuntados pero ambos sabíamos que mi madre adoraría ese acto de amor. 

- Todo va a salir bien, relájate.

Él sonrió, respirando hondo antes de entrar. El salón estaba repleto de familiares suyos, unos más cercanos que otros. Dejando a un lado la gran cantidad de chismes familiares, todos centraron su atención en nuestras manos.

- ¿Eres su novia?- preguntó su abuelo.

Asentí, ocultando mis nervios en una sonrisa.

Su familia me adoraba por alguna razón desconocida. Sin embargo, sus parientes más lejanos apenas habían oído hablar de mí. Con un gran nerviosismo Álvaro me había invitado a la celebración familiar esa misma mañana, deseando que el resto de parientes me aceptaran. Gran parte de los negocios de sus padres seguían existiendo gracias a los ingresos de esos pariente lejanos. En caso de no ser aceptada, habrían varios problemas.

Álvaro apretó mi mano fuertemente, como buscando fuerzas. Pasó su mano por mi cintura y me guió hasta el sofá, dispuesto a meterme en aquel ambiente familiar sin problema alguno.


Actualidad

Me estoy mordiendo las uñas. Es repulsivo, asqueroso e impropio de mí, pero no puedo parar de mordérmelas. El color morado que había aplicado sobre ellas horas antes ya no está. Probablemente debería ir al médico enseguida. No creo que sea saludable comerme la laca de uñas morada. 

- ¿Va a pedir algo?

Una chica me mira desde arriba, con una libreta abierta en su mano. De pronto recuerdo que estoy en una cafetería y me veo obligada a leer la carta. 

- Un vaso de agua.

Ella me mira confundida. Apunta mi pedido y se marcha a la cocina.

Me estoy arrepintiendo demasiado. No debería haberle dado esta dirección al chico famoso que no paró de llamarme después de colgarle de pronto. Nunca pensé que llegaría a este punto de mi vida. Todo por lo que tanto luche (intimidad, estabilidad, felicidad) se han reducido a otra foto con el ídolo de la amiga que me robó al amor de mi vida. 

Miro a una pareja pedirse una pizza. En otras circunstancias pediría una pizza, hamburguesa o helado, pero tengo que mantenerme seria para la ocasión. Jugueteo con los cubiertos de mi mesa vacía y pienso en qué demonios me ha llevado a hacer esto.

¿Por qué narices quise quedar con él? ¿Por qué narices tengo ganas de poner celosos a mis dos enemigos? ¿Por qué narices no puedo pasar página de una vez por todas?

Siento que me estoy agobiando. Veo a la camarera llenar un vaso de agua y siento que no puedo seguir fingiendo ser alguien que no soy. Yo nunca fui una ex novia posesiva, nunca quise pasar una ruptura de este modo. ¿Por qué estoy actuando como una loca? Miro mis uñas comidas, los cubiertos, la pareja de jóvenes que discute entre besos sobre qué pizza es mejor. No puedo más. Me pongo de pie rápidamente, agarro el bolso y me alejo de la mesa.

- ¡Señorita!

Ignoro a la camarera que tiene el vaso de agua entre sus manos. Me siento tan mal conmigo misma que casi doy media vuelta y pago mi pedido. Bajo la cabeza, me abrocho la chaqueta y paso al lado de la pareja adorable. Antes de darme cuenta, me choco con alguien.

WhateverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora