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Fred intentaba procesar todo lo dicho por su hermano, repasando una y otra vez las palabras en su mente, ¿había algo encriptado?, ¿debía leer entre líneas?, ¿realmente había dicho eso?.

-¿Fred?-llamó George sentándose en la cama-.¿Estas bien?.

Fred podía jurar por todos los dioses que intentó decir algo, incluso quiso posar sus ojos en los de su hermano, pero su cuerpo simplemente no quería responder. Un ruido que suponía, era la única respuesta que podía dar hasta el momento salió de su garganta y sus labios temblaron por segundos.

-Fred, Freddie, entiendo perfectamente si ahora no quieres, es decir fui un idiota y yo...

-¡NO!-dijo por fin y miró a su hermano-.Solo...Solo me tomaste por sorpresa.

Suspiro mientras cerraba los ojos, pensando en lo que diría, esa sin dudas era la oportunidad que quiso desde que admitió que estaba enamorado de su hermano, hace un tiempo sentía las dichosas mariposas en el estómago cada que esas palabras se filtraban en su mente con alguna imagen cursi que nunca paso; pero ahora era diferente. Había probado lo que era el amor no correspondido, la inseguridad, la depresión, su cuerpo tendría siempre las claras marcas de los momentos difíciles que había vívido en ese lapso de tiempo.

-George, estoy encantado, de verdad–su voz era apenas audible, sintió que sus ojos ardían y sin previó aviso abrazo a George–.Joder estoy realmente feliz George, no sabes cuanto....

–¿Pero...?–pregunto su gemelo en su oído, abrazandolo con cariño.

–Necesito tiempo...entiende que esto es difícil–Fred se alejó apenas, limpiando sus ojos con las mangas de su pijama.

–Perfectamente. Haré que me ames Fred, y esta vez no haré una estupidez.

Los ojos de Fred brillaron y pronto una suave risa escapó de sus labios, su hermano lo miró parpadeando ¿estaba teniendo un ataque de nervios o algo así?.

–¿Fred?–llamó con precaución, el chico solo siguió riendo y se recostó en su pecho.

En ese momento Lee Jordán entró a la habitación y arqueó una ceja, George solo movió sus hombros haciéndole saber que tampoco sabía que le pasaba.

El moreno sonrió y se metió a su cama sin darle mayor importancia al asunto y dejo a George con su pequeño problema. Ya había extrañado aquellas escenas.
•••

Draco entró a su sala común como nunca antes lo habían visto, con el uniforme mal puesto, el cabello desordenado y casi tirando los libros que llevaba en sus brazos, sin embargo poco le importó las miradas del resto y subió las escaleras con paso rápido.

Pansy, Blaise y Theodore no esperaron más para seguirlo hasta su habitación, preocupados por el estado de su amigo.

–¿Donde, donde, donde?–murmuraba el rubio buscando por toda su habitación.

–Por el amor a Salazar–gimió Pansy–.¡Malfoy! ¿¡nos puedes decir que estás haciendo?.

Draco se giró y la miro con una sonrisa demasiado torcida para ser real–.Estoy tomando el té, ¿acaso no lo ves?–la morena iba a replicar, sin embargo no le dio tiempo al ver como el rubio se arrodillaba delante de su baúl y empezaba a lanzar cosas hacia atrás.

Blaise se removió incómodo, el sabía del carácter del rubio y no estaba dispuesto a recibir el golpe de un libro por entrometido, por ello y solo por ello aguantó de los brazos a Theodore y se puso detrás de él.

–¿Se puede saber qué buscas? Tal vez podríamos ayudarte.

Draco se levantó de un salto y se acercó a los tres, Blaise grito ahogadamente, sin embargo Draco lo jalo y lo abrazo con fuerza–.Por favor si, de esto depende mi relación con Potty.

Blaise suspiro aliviado y devolvió el abrazo, el rubio estaba temblando, era raro verlo así.

–¿Qué pasó?–quiso saber Pansy–.¿Qué debemos buscar?.

Draco miró sobre el hombro de Blaise–.Hace unos días entró aquí con su capa de invisibilidad, el la dejó y yo la usé y ahora no la encuentro chicos, no la encuentro y esa capa era un recuerdo de su padre.

Theodore cerró la puerta de la habitación con un movimiento de varita y empezó a ordenar todo de la misma forma.

–La encontraremos, tranquilo–dijo Pansy con una sonrisa y empezó a buscar por todo el lugar, Draco sonrió, nunca hubiera podido elegir a mejores amigos.
•••
–Sirio deja de moverte–susurró Severus dormido, abrazando con más fuerza al que hace unos minutos había dejado de ser su perro–.Eres un chucho molesto–volvió a murmurar y se acomodó mejor.

Sirius mordía su labio inferior sonriendo, acariciando con tranquilidad el cabello de su pocionista mientras este hablaba entre sueños.

Varias veces se preguntó que abría pasado si en su época escolar él no hubiera sido tan idiota, y no podía evitar pensar en un futuro diferente.

–Tal vez ahora pudiera besarte sin preocuparme por un golpe–susurró para sí–.Oh un hechizo–se corrigió al recordar uno de los cuantos hechizos que le habían dado en su época escolar.

Doloroso. Pensó y acarició la mejilla del pelinegro, bajando lentamente hacía sus labios y lamiendo los propios.

Tragó saliva y con sumo cuidado se acercó a los labios de su pocionista rozandolos  con delicadeza.

Eran suaves, muy suaves, se le antojaba morderlos y chuparlos, si tan solo hubiera una forma.

Suspiro y se acomodo nuevamente, mirando el rostro del pelinegro con anhelo.

     

Mi rayo de luz (FredxGeorge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora