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-George-llamó Fred en la oscuridad del lugar-.George-volvió a llamar con la voz quebrada.

Caminó a paso lento, con los brazos al frente tratando de tocar algo, su corazón estaba acelerado y sus ojos picaban por las lágrimas contenidas.

-George, no quiero estar solo. Por favor...¿donde estás?...¿donde estoy?.

Un dolor en su costado lo hizo caer al piso, gimiendo por el dolor repentino y el miedo, miró alrededor sin éxito, no sabía que le pasaba, no sabía donde estaba.

Un flash repentino dio contra sus ojos, tal y como si le hubieran tomado una foto, sin embargo lo que vio fue una serié de recuerdos que lo dejaron mareado.

El profesor Lupin, su transformación, Pettigrew escapando, Draco yendo tras él, su hermano en peligro...él en el suelo, pendiendo sangre, cerrando los ojos y escuchando el grito de su hermano a lo lejos.

-No, no, no, ¡no!-llevó las manos a sus ojos, las lágrimas empapaban sus mejillas-.No...no puedo morir, no puedo, no quiero...¡¡Quiero estar con George!!.

Sollozó, negándose a aceptar la realidad, se levantó poniendo una mano en su costado y camino con dificultad.

-Debo salir...debo salir de aquí...

•••
-No a querido comer-susurro Ginny a su madre, entregándole una bandeja con comida-.El profesor Snape tampoco pudo convencerlo.

Molly asintió suspirando, su cabello estaba despeinado y su rostro se notaba pálido y cansado.

-Mamá-Ron se sentó a su lado, abrazándola-.Ya pasó una semana...¿Fred estará bien verdad?.

-Lo estará, estoy muy segura, Ronnie-la mujer beso la frente de su hijo y acarició el cabello de su hija-.Dentro de poco, estará haciendo bromas junto a George .

Sus hijos sonrieron, deseando creer que aquello pasaría. Juntos caminaron hacia donde estaba el resto de la familia que se veían igual de desanimado que a ellos.

George se encontraba en una esquina , acompañado de su profesor de pociones para sorpresa de todos, hablaban en voz baja, apenas se notaba el movimiento de sus labios.

-¿Crees que despierte?-preguntó George, acariciando con suavidad un pequeño peluche-.Se sincero, por favor.

Snape suspiró, acarició el cabello del pelirrojo y se acomodó mejor en la silla.

-No lo creo George. Sé que despertará.

-Ya ha pasado una semana-dijo con voz rota el chico.

-Y tu hermano es fuerte, no se dejará vencer, no así de fácil.

El pelirrojo asintió, aún absorto en sus pensamientos, recordaba cuando habían hecho aquellos peluches un año antes de entrar a Hogwarts.

*Flashback*

George abrazó a su hermano con una sonrisa deslumbrante y le dio su peluche ya terminado, Fred lo había aceptado gustoso, observándolo con cariño.

-Es muy lindo George-sonrió con su típica dulzura el pelirrojo.

-¿El mio ya esta listo?-preguntó impaciente el niño, mirando el desorden de telas azules y agujas que le habían quitado a su madre a escondidas, solo con el fin de hacer los peluches.

-¡Sí! Me costó encontrar el color de los ojos, pero ya lo tengo-celebró el niño dejando el peluche que se suponía era George a su lado y siguiendo con el de su hermano.

-Freddie-llamó George mirando los peluches-.¿Para qué sirven? Dijiste que era algo importante.

-Cuando fui al ministerio con papá leí un libro que estaba en su oficina, estaba aburrido porque estabas enfermo así que...-se encogió de hombros-.Lo miré un rato y encontré un hechizo; se dice que solo funciona con los gemelos y decía los pasos para hacerlo...

George lo miró con los ojos brillosos y se recostó en el piso, mirándolo con suma atención.

»La historia que venía incluida decía que dos hermanas muy poderosas hicieron muñecas un día para regalarselas entre ellas e hicieron un hechizo especial, era para estar siempre juntas, no importa donde estén...Un día una de las hermanas enfermó gravemente y los medimagos decían que moriría, por eso su hermana tomó la muñeca que le había regalado y murmuró el hechizo, de su varita había salido una luz azul muy tenue que brillaba en forma de corazón en el pecho de la muñeca y ella le pidió que volviera de donde sea que estuviera.

Una sonrisa surcó los labios del niño y término el peluche.

»Al otro día su hermana despertó, aún seguía débil pero la enfermedad había desaparecido por completo...

-¡¡Eso es genial!!-George esperó a que su hermano cortara el hilo y tomó el muñeco mirándolo-.¿Crees que de verdad funcione...Freddie?.

-¡Claro que sí!-el pelirrojo tomó el peluche que había hecho para él su hermano y lo llevó a su pecho-.En cuanto entremos a Hogwarts, haremos el hechizo juntos.

-Lo haremos Freddie.

*Fin FlashBack*

George sintió que nuevas esperanzas crecían dentro de él, sus manos temblaban y su pecho latía como nunca antes había hecho, en un movimiento rápido sacó su varita del bolsillo y ante la mirada atónita de todos los que se encontraban allí, apuntó con ella al pequeño peluche y murmuró algo parecido a una canción de cuna en otro idioma.

En cuestión de segundos el costado izquierdo del peluche empezó a brillar en un azul tenue y George no pudo evitar las lágrimas que surcaban sus mejillas, sin dejar de murmurar.

Cuando terminó la luz se desvaneció lentamente y el pelirrojo esperó ansioso, con las miradas de todos sobre él, sin saber que hacer, hasta que una voz grito desde el interior de la habitación.

-¡¡¡George!!!.

El pelirrojo no espero a que nadie reaccionará y se adentro a la habitación con prisa, encontrando a su hermano sentado en la camilla, con sus ojos inundados en lágrimas y una sonrisa surcando sus labios.

-Fred...Freddie-susurró el pelirrojo lanzándose sobre él emocionado, abrazándolo como nunca antes en su vida.

-Me llamaste George...me llamaste-murmuró el chico recostado en su pecho, sollozando feliz al verse con su hermano-.Eres mi rayo de luz...

-Y siempre lo seré, te lo prometo-susurró en su oído con una sonrisa, nunca más lo dejaría ir.
•••

Esa misma tarde, un medimago eufórico por lo sucedido les dijo a los familiares y amigos que el pelirrojo podía irse a casa ese mismo día, con una sonrisa que intentaba contener por todos los medios.

George, después de lo sucedido tuvo que dar muchas explicaciones sobre lo que había hecho, en especial a sus padres quienes estaban preocupados de que aquello fuera magia oscura y pudiera tener algún efecto adverso en su hermano, sin embargo al saber de donde lo habían sacado y bajo el exhaustivo examen hecho personalmente por Sirius, se determino que aquello no era más que la magia más pura que puede haber.

-El amor es una magia muy poderosa, la más poderosa en el mundo, me atrevo a decir-fueron las palabras del animago mientras abrazaba a su ahijado con sumo cariño.

Cuando ambos gemelos estuvieron a solas en su habitación, Fred le prometió a su hermano descansar mientras se recostaba en su pecho, y tomándolo totalmente desprevenido dijo las palabras que George ansiaba desde hace pocas semanas.

-Si, acepto ser tu novio, George.

George quiso saltar de la cama y celebrar a lo grande, sin embargo se conformó con un tierno beso por parte de su hermano y que este luego se recostara en su hombros y se durmiera murmurando un "Te amo", que el correspondió sonriendo y se dejó llevar también por el sueño.

Mi rayo de luz (FredxGeorge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora