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Para Fred todo ocurrió aquel sábado por la tarde, a pesar de tener el día libre y poder ir a Hogsmeade, los Gryffindor y para sorpresa-y desagrado de algunos-también algunos Slytherin decidieron quedarse jugando en los alrededores del castillo.

Luego de algunas bromas, caídas y risas Pansy ofreció jugar algo que aprendió de algún muggle y, convenciendo a todos, formaron un circulo bastante grande.

—¿Ahora qué?—pregunto Draco de mal humor.

Sin esperar Pansy puso una botella en el centro y con una sonrisa casi siniestra empezó a decir las reglas.

—El pico manda y el fondo obedece, el juego se llama verdad o reto, a quien le toque el pico tendrá que darle ambas opciones al que le toque el fondo—una sonrisa aun más grande se formó en sus labios—.Si elije reto tendrá que cumplirlo o le tocará una penitencia aún peor, y si eliges verdad tendrá que responder con sinceridad.

Todos asintieron luego de repasar las reglas y sin más empezaron a jugar, al principio fueron retos fáciles, pero a medida que pasaba el tiempo las cosas iban subiendo de nivel. Ya varios chicos habían confesado cosas vergonzosas, como Neville a quien le tocó responder si había tenido algún sueño húmedo con un Slytherin y este respondió afirmativamente y aunque no dijo con quién, quedo más que claro con la mirada avergonzada que le dirigió a Nott segundos después.

Tras un nuevo giro de la botella surgió lo que seria, la nueva pesadilla para un Gryffindor pelirrojo.

—Zabini, mandas a Malfoy—dijo George con una sonrisa radiante. Ya todos estaban metidos en el juego y casi no les importaba estar compartiendo con las serpientes. Algo extremadamente raro.

Zabini miro a los lados con paciencia, observando los detalles de cada cosa y persona que había.

—¿Verdad o Reto?—inquirió sin dejar su trabajo inicial.

—Reto—respondió con seguridad fingida la serpiente. Él más que nadie sabía de lo que eran capaces sus compañeros.

—Te reto a...—su mirada fue hacía los gemelos y los observaba de hito en hito, hasta que una sonrisa triunfante surco sus labios—.Te reto a que beses a...George.

El Slytherin lo miro con horror y ni hablar de la mirada que en ese momento tenían los hermanos Weasley, ambos se miraron y Fred se dio cuenta de que su hermano no estaba tan horrorizado como aparentaba, sus ojos tenían una chispa de diversión, sí, pero también una de deseo que no era común en él.

—¡Me niego!—exclamó el rubio. Sus mejillas se encontraban teñidas de un color carmín que todos suponían era por la vergüenza.

—Si no lo haces, te tocara algo peor.

—Como chuparsela—canturreo Pansy divertida.

La serpiente reprimió las ganas de cruciarlos a ambos y se acercó al gemelo gateando, algo que acrecentó la mirada de deseo en los ojos azules de George y lo que provocó que Fred arrancara un poco de césped, pero nada fue comparado a lo que sintió cuando los labios de ambos chicos se unieron en un beso efímero y los silbidos y bromas de todos se escucharon.

Estaba celoso.

—∆—

—¡Fred!—llamó su hermano mientras lo zarandeaba—.¿En qué piensas? Llevas ido casi todo el día—se quejó con el ceño fruncido.

En ese instante el pelirrojo se dió cuenta de su cercanía, desde esa distancia podía ver perfectamente cada detalle de la cara de su hermano, desde sus ojos azules hasta sus labios semi-gruesos y rojizos. Cualquiera diría que era algo estúpido, que eran iguales y por lo tanto sus rasgos también, pero él se había observado tiempo atrás en el espejo y como otras veces se dió cuenta de la gran diferencia entre ellos.

—Ah...—definitivamente su mente estaba en un lugar lejano, lo sabía y necesitaba que volviera antes de cometer una estupidez.

—Fred ¿te sientes bien?.

Sus manos se cerraron con fuerza en la tela de su pantalón mientras que sus ojos seguían deleitándose con cada rasgo del rostro de su contrario, conteniéndose para no atacar sus labios.

—S-sí...—logro responder, humedeciendo sus labios bajo la atenta mirada de George, que lo miraba inseguro—.Solo recordaba algo.

Su acompañante asintió soltando un suspiro, luego le preguntaría que era aquel recuerdo que lo estancaba de la realidad.

—Vamos a DCAO, si llegamos tarde mamá nos castigará, y no quiero eso cuando esta empezando a aceptar la idea de Sortilegios Weasley.

Fred asintió sonriendo y acomodó el bolso en su hombro, su hermano tenía razón, al fin su madre quería aceptar la tienda de bromas y no se permitiría arruinar la oportunidad por estar coladito por su hermano gemelo.

—∆—

La clase de DCAO había sido entretenida, sin dudas el profesor Lupin era el mejor que habían tenido hasta ahora, y luego de aprender sobre los boggarts estaban listos para tener una buena cena.

Ahora ambos iban camino al gran comedor, sonrientes y esperando que la última bomba del Dr Filibuster explotara en el bolso de un chico Slytherin que caminaba unos pasos adelante. Cosa que ocurrió apenas dio un paso dentro del gran comedor, este se quedó en silencio por segundos, mirando la escena de un confundido y aturdido Slytherin y segundos después explotando en carcajadas, empezando por los Gryffindor's que solo segundos antes estaban devorando lo que se encontraba en la cena.

Los gemelos rieron también, y chocaron puños con disimulo para no ser acusados por la profesora McGonagall quien se levantó y miró a todos con una mirada severa, exigiendo saber quién era el responsable de tal atrocidad. Sin duda iba a ser una cena muy divertida.

—∆—

Luego de la cena subieron a la torre Gryffindor refunfuñando y mirando a una de las chicas Gryffindor's con rabia, esta había echado el plan de “hacer la broma y salir limpios” a perder, alegando que ella vió cuando pusieron la bomba en el bolso del chico.

—Un mes limpiando el aula de transformaciones—se quejó George haciendo un mohín—.Y todo por una tonta enamorada.

Ron, quién estaba a su lado, asintió susurrando por lo bajo un “traidora” y siendo reprendido por Hermione quién había escuchado perfectamente. Harry estaba ido, mirando sin ver y fingiendo escuchar, algo que a Fred le extraño, y a la vez le provocó celos al ver como George lo abrazaba tratando de sacarle información sobre su estado.

«A este paso terminaré teniendo celos hasta de las rocas» se reprendió con fastidio y subió las escaleras de dos en dos, esperando llegar rápido para tratar de despejar su mente con una ducha fría.

Mi rayo de luz (FredxGeorge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora