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Una mirada, un rocé, una sonrisa y sus ojos iluminados, eso hacia que el corazón de Fred se acelerará casi llegando a un ritmó descomunal, y hacia que sus ojos se llenarán de lágrimas al saber que nada de eso era para él, lo sabía, lo sabía mejor que nadie.

Su hermano estaba perdidamente enamorado de esa chica Hufflepuff de tercer año, y él no podía hacer nada contra ello.

Intentando no ser notado, dejó el libro que se suponía estaba leyendo sobre la mesa y se levantó para irse del lugar, sin embargo no faltó tanto sigilo, su gemelo ni se inmutó cuando la silla soltó un pequeño chirrido al ser movida, solo siguió hablando con esa castaña de ojos azules.

Apretó sus puños, tenso, no soportaba el dolor desgarrador en su pecho, no podía estar más tiempo allí por ello caminó a las puertas de la biblioteca para salir con rapidez. En los pasillos esquivaba a las personas con facilidad, seguramente por que estas pensaban que escapa de algún profesor después de hacer una broma, no estando nuevamente más lejos de la realidad.

Nadie en el castillo sabía que uno de los príncipes de las bromas como fueron apodados en su segundo año, se estaba derrumbando y era nada más y nada menos que por su hermano.

Su subconsciente le decía que era su castigo por querer a su hermano de una manera insana, y él no podía estar más de acuerdo, porque así mismo se sentía, como un castigo que quemaba en su pecho y lo dejaba sin aire; llevándolo a un lugar vacío, oscuro y sin salida.

Como era de esperarse en su camino chocó con alguien, cayendo estrepitosamente al piso y esparciendo libros de ¿pociones? por todo el alrededor.

Su mente maquinó de manera rápida al ver los títulos de los libros y más allá unas hojas de notas, notas de los alumnos de primer año.

—Profesor Snape—se levantó de un salto dispuesto a ayudarlo, sin embargo se encontró con una mirada sorprendida en aquél rostro que no mostraba más que enojo y fastidio.

Sin pensarlo mucho llevó una mano a su rostro y notó como las lágrimas que intentaba contener desde su ida a la biblioteca ahora fluían libremente mojando sus mejillas, y las limpio insistentemente, con miedo a que alguien más lo viera.

—¿Señor Weasley?—Snape ya se había puesto de píe frente a él, con sus ojos ónix brillando de curiosidad importándole poco o nada el desastre que estaba a su alrededor.

—¿C-cuando debo verlo en su despacho?—preguntó ahora recogiendo los libros con rapidez, ansiando tener la hora y largarse lo mas pronto posible.

Así pasaron algunos minutos en silencio, hasta que término de recoger todo.

—Ahora—declaró Snape.

El profesor sabía que mentiría si dijera que el estado de el alumno frente a él no le asombrara y le diera curiosidad, después de todo nunca había visto a uno de los gemelos llorar y mucho menos, separados.

🎀🎀🎀

Durante la cena en el gran comedor todo lo que se escuchaba eran murmullos, ¿y cómo no? la razón de estos era nada más y nada menos sobre el pelirrojo que no se había presentado en la mesa de Gryffindor esa noche.

Pero no era por eso que hablaban, era porque uno de los alumnos de cuarto año aseguró haber visto a ese gemelo en el despacho de Snape, más precisamente en el pequeño cuarto que usualmente usaba como su habitación de descanso.

Mi rayo de luz (FredxGeorge)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora