Mack se sentó con rapidez en su cama, con los ojos abiertos de par en par y la respiración agitada. Sé quedó allí unos minutos, como tratando de orientarse, como tratando de asimilar dónde estaba. Había vuelto a tener esa pesadilla, la misma que la atormentaba desde la muerte de su madre.
Se llevó las manos a la cabeza y se concentró en recuperar el aliento. Cuando lo hubo conseguido se dirigió a la ducha y dejó correr el agua helada sobre su cuerpo desnudo. Al salir se encontraba considerablemente mejor aunque aún podía sentir la amargura del dolor en el paladar.
Se vistió con sus típicos jeans desgastados, sus botas de combate, sus guantes y una camiseta de Pink Floyd.
Esa mañana empezaba el instituto y, aunque la idea le provocaba un nudo de ansiedad en el estómago, le parecía más agradable que quedarse en una casa en la que aún se sentía como una extraña.
Apenas tardó en acabar de prepararse y rehuyó a su padre cuando este intentó que se sentaran juntos a desayunar. Caminó sola hasta Riverdale High y esperó en la entrada a Betty Cooper, la chica que le haría la visita guiada. Mackenzie la recordaba de cuando vivía en la ciudad. Nunca habían sido demasiado cercanas pero era lo más parecido a una amiga que la morena había llegado a tener.
—¿Mackenzie? —oyó a sus espaldas.
Se volvió, encontrándose con la radiante rubia, siempre con su característica coleta peinada a la perfección.
—Vaya, estás muy cambiada —comentó con una sonrisa perfecta—. Cuando me dijeron que debía darte una visita guiada me emocioné mucho. Me alegro de verte.
—Yo también —dijo con sinceridad, dedicándole también una sonrisa—. Ha pasado mucho tiempo pero veo que sigues siendo la misma Betty Cooper de siempre. Bueno, ¿empezamos?
—Aún falta otra chica —explicó Betty mirando su reloj—. Ya debería...
—Siento el retraso —interrumpió una chica, que llegaba con la respiración agitada.
Mackenzie se quedó helada al verla. De todas las personas en el mundo tenía que ser ella. La misma chica a la que llevaba odiando los últimos tres años. Veronica Lodge, con su ropa de marca y su collar de perlas, siempre con un maquillaje impecable y una presencia abrumadora.
—Yo... —Veronica se quedó sin palabras al ver a la morena. La situación debía de hacerle tanta gracia como a ella, nótese la ironía.
—Veronica, no pasa nada. Bienvenida. Eh... —Betty observó a ambas chicas, que se miraban con una mezcla de sorpresa y horror—. Ustedes dos... ¿Se conocen?
—Por desgracia —dijo Mackenzie por lo bajo, sin apartar la vista horrorizada de la latina.
—Eh... Sí —dijo Veronica recuperando la compostura—. Eramos... Compañeras de instituto en Nueva York.
—Vaya, que coincidencia —dijo Betty comenzando a avanzar hacia la entrada del instituto. Las dos morenas la siguieron, procurando ignorarse la una a la otra—. Bueno, normalmente empiezo el recorrido con un poco de historia. Riverdale High abrió sus puertas en 1941 y...
—Y está visto que no lo han redorado desde entonces —interrumpió Veronica observando el lugar—. Tengo la sensación de estarme paseando por el epílogo perdido de Nuestra Ciudad.
Mackenzie rodó los ojos.
—A lo que miss New York quiere llegar, Betty, es a la pregunta de qué lugares hay para salir.
Veronica le hizo una mueca de disgusto pero volvió a dirigirse a Betty con una sonrisa:
—Dime, ¿hay clubs nocturnos o algo así?
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Lost Stars. Archie Andrews ☾
Фанфик"Todos somos estrellas perdidas tratando de brillar en la oscuridad" Riverdale. Esa pequeña ciudad aparentemente inocente y segura, donde todos se conocían y todo parecía perfecto. Esa ciudad llena de secretos, llena de sombras, mentiras y farsas bi...