Nicholas había estado hablando con unos viejos amigos del instituto, cuando notó a su hija, al otro lado de la sala, levantarse y salir corriendo con una mirada descompuesta y llena de dolor. Ya le había insistido en que era mejor que se quedase en casa. Tener que afrontar otro funeral, después de lo de su madre, no iba a ser fácil.
Jughead, que junto con Betty había estado a su lado, se levantó para ir tras ella. Sin embargo Nick se le adelantó y lo alcanzó en la puerta. Lo detuvo, haciendo que se volviera para mirarlo.
—Déjame a mi, Jug —le pidió, a lo que el peligro asintió, sabiendo que era mejor que fuera su padre quien hablara con ella.
La alcanzó a varios metros de la casa, se había parado en el camino que daba al bosque, cubriéndose el rostro con las manos y respirando entre jadeos provocados por el llanto. Entonces, en un impulso de ira, golpeó con el puño cerrado contra el tronco de un árbol.
Nick se detuvo, sorprendido y horrorizado por lo destrozada que se veía su hija, con los ojos rojos por el llanto y una mirada de desesperanza.
—Kenzie...
Cuando se percató de su presencia se quedó quieta, mirándolo, avergonzada de que la hubiera visto así.
Nick, se le acercó y la abrazó fuerte contra su pecho. Su pequeña... ¿Cómo había acabado su pequeña tan llena de dolor?
—¿P-por qué tuvo que hacerme esto? —sollozó Mackenzie, empapando la camisa de su padre de lágrimas, aunque eso era lo que menos le importaba a Nicholas en ese momento—. Por qué tuvo que dejarme sola.
—No estás sola, Kenzie —dijo dejando escapar una lágrima—. No voy a dejarte sola, te lo prometo.
—La hecho mucho de menos.
—Yo también la hecho de menos, cariño. No sabes cuánto.
Se quedaron allí varios minutos, hasta que Mackenzie, y él mismo, lograron tranquilizarse.
—¿Estás segura de que no quieres volver a casa?
La morena negó con la cabeza.
—Tengo que hacerlo —afirmó con decisión, aunque el dolor seguía en sus ojos.
Volvieron a entrar y Mackenzie se sentó junto a sus amigos, no sin antes darle un abrazo a su padre.
—¿Estas bien? —le preguntó Veronica, que también la había visto salir corriendo. Betty y Jughead estaban a su lado, igual que Archie. Los cuatro la miraban con preocupación.
—Estoy bien —afirmó, dándoles una diminuta sonrisa, tratando de darles las gracias por preocuparse.
Fue entonces cuando se hizo el silencio y todos empezaron a mirar hacia atrás. Extrañada, la morena imitó su acción, encontrándose con Cheryl, que, vestida totalmente de blanco (con el vestido que había llevado el día de la desaparición de su hermano), avanzaba con decisión hacia el atril.
—Bienvenidos a Thornhill —dijo observándolos a todos con solemnidad. Sus padres, a su lado, se habían quedado helados—. Gracias a todos por venir. Si son tan amables de tomar asiento... —extendió una mano para indicar a los asistentes que seguían de pie que se sentaran—. Me gustaría empezar el homenaje con unas palabras sobre Jason —explicó quitándose los guantes blancos—. La última vez que vi a Jason, llevaba este vestido. Sé que no es posible. Pero lo juro, cuando me lo pongo... siento como si él estuviera en
esta misma habitación conmigo —hizo una pausa, deteniéndose a mirar la fotografía de su hermano, cogiendo aliento para seguir—. Aunque éramos mellizos, pedía celebrar mi fiesta de cumpleaños por separado. Hasta que un día, de la nada, Jason me convenció de que teníamos que combinarlas. No fue hasta años después que entendí por qué —contó. Estaba luchando por no llorar—. Fue porque nadie quería venir a la mía. Y Jason no quería que lo supiera.
ESTÁS LEYENDO
Lost Stars. Archie Andrews ☾
Fanfiction"Todos somos estrellas perdidas tratando de brillar en la oscuridad" Riverdale. Esa pequeña ciudad aparentemente inocente y segura, donde todos se conocían y todo parecía perfecto. Esa ciudad llena de secretos, llena de sombras, mentiras y farsas bi...
