Riverdale. Esa pequeña ciudad aparentemente inocente y segura, donde todos se conocían y todo parecía perfecto. Esa ciudad llena de secretos, llena de sombras, mentiras y farsas bien construidas que, desde hacía ya unas semanas, amenazaba con romperse. Con la muerte de Jason Blossom la paz se había turbado y ya solo parecía hacer falta un leve soplido de aire para derrumbar el castillo de naipes. Solo habría hecho falta un paso en falso para que la frágil ilusión se rompiera y los pecados de los no tan inocentes habitantes salieran a la luz.
Mackenzie echó un vistazo más por la ventanilla del autobús antes de bajarse. Se acomodó los guantes sin dedos y el gorro de lana y se echó la mochila al hombro para, después de siete años, volver a respirar el aire puro del pueblo en que se había criado.
La muchacha de piel bronceada suspiró, se paró un momento, tomó aire, y se encaminó por las calles vacías y oscuras de la ciudad, solo acompañada por las canciones de The Killers y los restos de un sandwich de atún con mayonesa.
—And sometimes you close your eyes and see the place where you used to live, when you were young... —cantó por lo bajo la joven de cabello alborotado y castaño, dejándose llevar por la música y aprovechando que las calles estaban vacías de miradas críticas—. They say the devil's water, it ain't so sweet. You don't have to drink right now...
Así caminó, y se balanceó al ritmo de la música, hasta llegar al que ahora debería llamar hogar. Una sencilla casa, ya no tan llena de vida como había llegado a estarlo años atrás.
Rebuscó en sus bolsillos y sacó la llave que su padre le había dado hacía unas semanas. Lo primero con lo que se encontró fue con un frío pasillo oscuro.
—Hogar dulce hogar —murmuró poco convencida.
Encendió las luces, quedando frente a frente con su vieja casa, no tan grande como la recordaba aunque sí menos acogedora.
Dejó la mochila en el sofá, se quitó el gorro y se acercó a la nevera para buscar algo de comer.
"Siento no haber podido ir a buscarte a la estación. Volveré después de las dos. Hay restos de pizza en la nevera y dinero en el cenicero de la entrada por si prefieres ir al Pop's.
Papá."
—Genial. —Mackenzie rodó los ojos, arrugó la nota y la tiró a la basura para después recoger las llaves que había dejado en la encimera y volver a salir de casa.
No tardó demasiado en llegar al Pop's. Si algo había echado de menos de Riverdale era ese lugar, con sus luces de neon y su ambiente siempre acogedor. Nada más entrar le vinieron a la mente un torbellino de recuerdos de cuando iba a cenar con sus padres los domingos, cuando la vida era más sencilla.
—Eh... Hola —saludó a Pop Tate con una sonrisa. El hombre no había cambiado nada pero ella sí, así que dudaba que fuera a reconocerla—. ¿Puede darme una hamburguesa y un batido de cereza para llevar? Sea generoso con la cereza por favor, he tenido un viaje muy largo y necesito un buen chute de azúcar.
—¿Mackenzie Barnes? —dijo Pop con cara de sorpresa.
Mackenzie se extrañó pues no esperaba que le resultase tan fácil distinguirla después de siete años.
—La misma —dijo con amabilidad al hombre que tanta paciencia le había tenido cuando se sentaba en la barra para interrogarlo con preguntas de todo tipo.
—Tu padre vino esta mañana, dijo que probablemente te pasaras a cenar —explicó Pop—. Vaya, que cambiada estás jovencita. Aún te recuadro corriendo por aquí con Jughead Jones y Archie Andrews, siempre armando alboroto ustedes tres.
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Lost Stars. Archie Andrews ☾
Fanfiction"Todos somos estrellas perdidas tratando de brillar en la oscuridad" Riverdale. Esa pequeña ciudad aparentemente inocente y segura, donde todos se conocían y todo parecía perfecto. Esa ciudad llena de secretos, llena de sombras, mentiras y farsas bi...
