Stay With Me (Jos Canela y Tú)

CAPITULO 52

NARRA JOS:

Dos meses, dos malditos e interminables meses llegan a su fin en el preciso instante en que mis ojos se encuentran con los de ella.

Siento que el corazón me da un vuelco y quiero correr hacia ella y sentirla entre mis brazos, sin embargo por más que quiera hacerlo me contengo, ya que el amargo sabor de su desprecio aún sigue fresco en mi memoria.

-Bien... creo que será mejor que los deje solos.- Dice la enfermera al ver que permanecemos en silencio observándonos como si fuéramos un par de tontos.-De cualquier forma estaré cerca por si me necesitan.

Apenas la miro y asiento.

Regreso mi atención a _____ y noto que ha perdido algo de peso. Aprecio cada parte de su rostro y a pesar de aquellas ojeras que yacen bajo sus ojos me sigue pareciendo la mujer más hermosa de todas.

>Vamos Jos, no puedes desaprovechar esta oportunidad, anda ¡di algo!< Me anima el subconsciente.

Estoy por hacerle caso cuando _____ se adelanta y es ella quien rompe el hielo.

-Pensé que cumplirías con tu palabra...-Su voz suena tan frágil que parece que puede romperse en cualquier instante.-...creí que jamás volvería a verte.

Me quedo helado al escuchar sus palabras. Está claro que no esperaba que corriera a mis brazos y me dijera que estaba arrepentida por todo lo que pasó, pero tampoco me esperaba que fuera directo al grano.

-¿Y en verdad quieres que lo haga?-Pregunto no muy seguro de lo que hago, pero dispuesto a enfrentar cualquiera que sea su respuesta.

_____ aparta la mirada lo cual no hace más que alarmarme.

Comienzo a pensar que la he cagado cuando en un abrir y cerrar de ojos _____ me sorprende con un cálido abrazo. Inmediatamente le correspondo el gesto y estrujo su cuerpo contra el mío.

-Te he extrañado.-Confesamos al unísono y puedo sentir cómo su corazón, al igual que el mío, laten con mayor intensidad.

-Lo lamento.-Dice con la voz entrecortada.- Lamento lo que pasó aquel día, lamento haberte tratado de ese modo y...

-No hay nada de qué disculparse.-Le aseguro mientras la abrazo con más fuerza.

-Si lo hay.-Responde mientras se aparta un poco de mí, lo suficiente como para mirarme a los ojos.-Me comporté como una idiota, debí aceptar tu ayuda, la de mis hermanos y...-Vuelvo a interrumpirla.

-Si de idiotas estamos hablando, me temo que soy el número uno, jamás debí de haberte dejado sola.-Acaricio su rostro con la yema de los dedos y _____ cierra los ojos al sentir mi tacto.

-Ambos nos comportamos como unos tontos.-Dice mientras vuelve a abrazarme.

>Ni como negarlo< digo para mis adentros mientras beso su frente.

-Dejemos este tema a un lado y mejor cuéntame ¿Cómo has estado?

_____ se aparta de mí y cruza los brazos sobre su pecho.

-¿Es en serio?

-Sé que no la has pasado nada bien, pero quiero saber cómo te han tratado, qué es lo que piensas de este lugar o lo que sea que quieras contarme, tus hermanos me pidieron un informe completo así que tienes que cooperar.-Tomo su mano y tiro de ella para que se siente sobre el césped junto a mi.-Así que vamos, desahógate.

_____ me mira indecisa de hacerme caso o no, hasta que al cabo de unos segundos (o tal vez minutos) suelta un suspiro y comienza a hablar.

-Nada de lo que cuentan en las películas y series acerca de manicomios es real, al menos no en este lugar, pues no hay habitaciones en donde te den electroshocks, ni cuartos en donde te encierren con una camisa de fuerza. Las enfermeras no son unas hijas de puta que te alimentan con porquerías y te tratan como si fueses un gusano, para ser honestos creo que son todo lo contrario, la comida es buena y la cama es cómoda, sin embargo eso no lo hace un sitio más agradable, pues solo mira a tu alrededor, se respira la tristeza y la desesperación por salir de aquí, las noches transcurren entre sollozos y los días se tiñen de ausencia y olvido.-_____ voltea a verme.-la mayoría de los internos jamás reciben una visita, algunos siguen esperando a que llegue el día en que se encuentren con alguien de su pasado, muchos otros se han resignado y solo unos cuantos han comenzado a olvidarse incluso de quienes eran antes de estar aquí. Varias veces considere unirme a ese grupo, sin embargo no podía, no podía olvidar.