Stay With Me (Jos Canela y Tú)

CAPÍTULO 59

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El mundo parece desvanecerse a mi alrededor, y de repente, ya no siento enojo ni resentimiento, lo único que habita en mi interior es miedo, un miedo incesante que crece con cada segundo.

Sin saber cómo, llego hasta él y me dejo caer de rodillas sobre el pavimento. Tomo su rostro entre mis manos y veo la herida que tiene sobre la frente.

-¡Jos! ¡Jos! Por favor abre tus ojos.- Le suplico con la voz más temblorosa que nunca.-Por favor Jos, mirame, estoy aqui.-Tomo su mano y me la llevo a los labios.-Por favor...-Suplico una vez más, pero no funciona.

-La ambulancia no tarda en llegar.-Me dice uno de los presentes y apenas soy capaz de asentir.

Apoyo su cabeza sobre mi regazo y continúo llamándolo sin obtener éxito alguno.

Justo cuando estoy por perder la poca calma que me resta, las luces rojas parpadean a mis espaldas y segundos más tarde un par de paramédicos aparecen en escena.

Me quitan a Jos de los brazos y lo colocan sobre una camilla.

-Ven conmigo.-Me indica uno de los paramédicos al tiempo en que me toma del brazo y me ayuda a incorporarme.

Antes de estar completamente de pie, una pequeña tarjeta qué yace sobre el suelo llama mi atención.

>Probablemente sea de Jos< Digo para mis adentros y la levantó. Frunzo el ceño al ver de qué se trata.

Profesor Julián Ibarra

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-Por favor acompáñanos.-Me dice el paramédico, devolviéndole a la realidad.

(...)

-¡______!¿Dónde te has metido?

-Ivan..

-Nos tenias muy preocupados.

-Ivan...

-Dime donde estas para ir por...

-¡Con un demonio, cierra la maldita boca y escúchame!-Grito incapaz de contener el llanto.

-¿Por qué estás llorando? Por favor _____ dime qué estás bien.

-Yo estoy bien... es Jos quien no lo está.

-¿De qué estás hablando?¿Ahora qué fue lo que sucedió?-Pregunta después de un largo silencio.

-Fue un accidente, él y yo discutíamos y de repente un auto...-La voz se me quiebra y no puedo continuar.

-Tranquila ¿Dónde estás?

-En el hospital donde estuve internada.

-De acuerdo, ahora mismo salimos para allá.

-Dense prisa.-Digo para finalizar la llamada.

Guardo mi celular en el bolsillo de mi pantalón y apenas me recargo sobre la pared cuando escucho a alguien gritar mi nombre.

Siento un hueco en el estómago al ver qué se trata de Fernanda y su madre. Fueron ellas las primeras personas a quienes llamé.

-¿Cómo está mi hermano?-Pregunta mientras me abraza.

-No lo sé, no han querido darme noticias porque no soy familiar directo.

-Tranquila lo importante es que ya estamos aquí.