Capítulo 2. No te perderé de vista

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Ya llegó la hora del receso, entonces Toma se acercó a mí para que le enseñe la escuela. Por desgracia, esta escuela era la más grande que existía aquí en Osaka:

—Muy bien, Yui, ¿por dónde empezamos?

—Hmmm, ¿qué tal por el comedor? Tengo hambre.

—Eres una aburrida —dijo mientras bostezaba.

—¿A quién le dices aburrida? Apuesto que soy la persona más divertida que conoces.

—¿Ah, sí? Entonces dime un chiste...

—Hmmm... ¿sabes cuál es el secreto de un moco?

—¿Cuál?

—Que es muy pegajoso.

—¿En serio? ¿Qué clase de chiste es ese?

—Ja... Tonto, no conoces la buena comedia.

—Ajá... ¿ahora sí me puedes enseñar la escuela?

—Ok.

De esa forma, le enseñé toda la escuela, pero antes de que terminara, apareció Hanae. Se suponía que era una de las chicas más populares de la escuela y antes ella era una de mis mejores amigas, pero se convirtió en una falsa... cuánto la detesto...

—¡No puede ser, es mi Toma! ¡Hola! —dijo mientras saltaba sobre él.

—¿Acaso te conozco? —dijo algo confundido.

—Claro, yo soy tu fan número uno —dice, pero se da cuenta de mi presencia—. Oye, ¿acaso no te das cuenta de que sobras aquí?

—¿Eeeeh? ¿Cómo te atreves? —dije muy molesta.

Justo antes de que Hanae dijera algo, Toma se paró frente a nosotras y dijo:

—Saben, ¿qué tal si...? —en ese momento, él me jaló de la mano y corrimos. Nos paramos en una parte vacía de la escuela.

—Oye, ¿cómo sabías que existía esta parte de la escuela si no te la enseñé?

—Jejeje, bueno, la verdad es que ya conocía esta escuela y...

—¿Qué...?

—Hmmm, solo quería pasar tiempo contigo. Espero que no te enojes, lo siento mucho.

Toma me abrazó en ese instante. Era extraño, no sabía cómo reaccionar... ¿qué debería hacer en este momento? Al parecer, estaba algo confundida, porque por una parte estaba muy molesta y quería darle un puñete, pero por otra parte sentí que mi corazón latía muy rápido y estaba algo sonrojada. Pero algo arruinó ese momento; sentí que alguien nos estaba observando, y pude reaccionar. Me alejé rápidamente de Toma.

—¿Q... qué rayos estabas pensando?

—Estás roja como un tomatito —dice mientras se ríe.

—¡Uuugh, me las vas a pagar!

—Sabes, Yui, yo no te perderé de vista.

—¿Qué quieres decir con eso?

Terminó el receso, pasaron horas y llegó la salida. No pude dejar de pensar sobre lo que me dijo. Salí algo tarde porque tuve que terminar de limpiar el curso junto con Miki, pero ¿por qué Toma estaba sentado en la puerta de la escuela?

Enamorada de un Idol...?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora