Pasó el fin de semana y llegó el día que más odio, el bendito lunes. Pero hoy daré inicio a mi gran venganza. Me levanté con flojera y me preparé para ir a la escuela. Tomé el bus y, cuando llegué, me di cuenta de que no había casi nadie. Pero alguien me agarró del hombro.
—¿Qui... quién es? —al darme la vuelta, noté que era Hanae.
—Yui, sé que nos viste a mí y a Sakura.
—¿Huh?... Tienes razón, ¡pero no lograrás que te tome en cuenta como una amiga!
—Deja de parlotear y sígueme.
—¿Por qué debería seguirte?
—Uuuugh... ya cierra tu boca, ¡hurraca de dos patas!
—¡Eres tan tonta que no sabes que las hurracas tienen dos patas! Por algo son aves, Sherlock.
—Cállate —Hanae me jala del brazo y me lleva a uno de los pasillos de la escuela—. Quieres que ella tenga su merecido, ¿verdad?
—Sí... ¿y?
—Yo te puedo ayudar, podemos darle una cuchara de su propio ramen.
—El ramen se come con palillos...
—¡Ya deja de contradecirme! ¡Yo lo como con cuchara!
—¿Huh? ok... ¿y cuál es tu plan?
—Hacer lo que ella quiere que hagamos.
—¿Qué?
Y así fue. Quedamos en ese acuerdo: hacer lo que ella espera que hagamos y luego... BAM... darle donde más le duele, en su nariz operada. Luego de unas horas, llegó el receso y, junto con Hanae, fuimos a almorzar. Un segundo, Miki y Yusuke nos estaban esperando en el lugar de siempre. Pero cuando ellos vieron a Hanae... bueno...
—Yui... y Hanae... ¿eeeh? —dijo Miki confundida.
—¿Qué hace ella aquí? —dijo Yusuke—. Esto sí es raro.
—¡No me discriminen! Ustedes son los raros.
—¡¿Qué dices?! Vas a ver, te voy a... —dice Miki molesta.
—Cálmate, Miki —él la abraza y le da un beso en la frente.
—Awww... Kawaii —aún no puedo creer que ellos sean pareja, son tan lindos.
—Yui, ahí está ella —dice Hanae.
—¿Eeeeh? —Sakura, al verme, se acerca a mí—. Hola, Sakura... ¿cómo estás? —Odiosa, porquería, mugre, creída...
—Bien... gracias por preguntar... Oh, Hanae, qué alegría. ¿Hiciste las paces con Yui?
—Claro que sí, ahora somos más unidas que antes.
—Qué alegría. Bueno, tengo que irme. Adiós.
—Uuuugh... —Me da rabia, me dan ganas de... Agarré un poco de la comida de Yusuke y se la lancé a la cabeza—. ¡Yusuke, cómo te atreviste a hacer eso!
—Pero... —Yusuke se queda sin palabras—. Mi... mi comida...
—No importa realmente... tranquilos —dijo Sakura con una sonrisa de "te clavaré una cuchara en la espalda".
Pasaron unos 5 minutos y corrimos con Hanae al salón de música para ver a Toma. Mientras corríamos, Hanae me dijo:
—Siguiente plan, compórtate extremadamente melosa con Toma cuando Sakura esté delante de ustedes... jejeje, eso la enfurecerá. Mientras tanto, yo iré a hacer algunas "cosas".
—¿Qué cosas?
—Jajaja... ya lo sabrás.
Hanae se fue corriendo al curso, y cuando yo llegué al curso de música, me topé nuevamente con sus fanáticas.
—¡Vete de aquí, él es nuestro!
—Uuuugh, ustedes... —ya no las soporto— son unas lunáticas —retrocedí un poco.
—Ven, solo le dices eso y ella se va... jajaja, es tan cobarde.
—¡Bola de zopencas, yo no soy una cobarde! —Corrí lo más rápido que pude... eso creo... y todas ellas se espantaron.
Entré al salón de música y ahí estaban todos, incluyendo a Sakura... aunque me estaban mirando raro, seguramente por todo el alboroto que hice.
—Lo siento mucho por todo... no quise hacer tanto escándalo.
—Eso no es lo que importa ahora... —dice Toma acercándose a mí—. Lo importante es que estás aquí —en ese momento él me da un abrazo y me acaricia el cabello.
—Toma, eres muy dulce —waaaah... no sé qué rayos decir... ¿y eso fue lo que se me ocurrió? Tengo que pensar en algo más.
—Te quiero, Yui —Toma me da un beso en ese momento—. Bueno, seguiremos tocando.
—Ya era hora —dice Sakura muy molesta—. Muy bien, chicos, den inicio a la siguiente canción.
—Ok —dicen todos.
Pasaron unos minutos y, de repente, Sakura se levanta de su asiento. Me pregunto qué quiere decir y, a todo esto, ¿qué le tendrá preparado Hanae?
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Enamorada de un Idol...?!
RomanceYui es una chica normal como cualquier persona, hasta que un Idol ingresa a su escuela y no la deja en paz desde el primer día que la conoce..