Para mi familia, sin la cual habría terminado este libro cinco meses antes. Para mis amigos, que he ido apreciando desde cuarto de secundaria.
A la irremplazable Sadjia. Para todos con sangre de Safar-Zitoun, para los Hamaimi y Daouadji, y especialmente para la familia Alvà Jaumà.
Para todos mis lectores, que a pesar de que escribir una novela corta ha sido mi ambición este año, lamento deciros que no soy Slytherin.
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Las cartas de Adam #Wattys2018
DiversosSarah, una chica de dieciséis años, se acaba de mudar con su familia a un barrio de Mostganem, en la Villa Verde. Un día cualquiera le llega por error una carta de Adam, un chico que va en búsqueda de su padre. Este, decidido a no volver a casa sin...