Capítulo 4

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QueridoAdam,

Megustaría que no enviases más cartas a esta dirección, meentristece anunciarte que tu tía Farah Mikaelson ya no está másentre nosotros. Falleció en abril, un triste día 23. Actualmente mifamilia y yo ocupamos esta casa.

Mimás triste pésame,

SarahS.



Pasadoscinco minutos, después de haber escrito tales palabras, arrugó lahoja de papel y la lanzó a la papelera, dispuesta a escribir otracosa.



QueridoAdam,

Aquíen Argelia no hay nada más que días soleados, aún esperandovuestra vuelta. Espero que encuentres una manera para escalar cadamontaña que se te oponga por delante. Que sepas, Adam Mikaelson, quete apoyaré desde la distancia más larga.

Esperomás noticias.



Lunes,13 de junio del 2016

Argelia



Metióla hoja en un sobre y la llevó a la oficina de correos. Estuvopaseando antes de entrar a casa, paseaba cabizbaja, ensimismada porcómo movía los pies hacia delante, uno tras otro. Por un momento,cuando decidió levantar la cabeza y observar el entorno por dondecaminaba, creyó que todos la estaban mirando, como si supieran loque acababa de hacer. Ella misma sabía perfectamente que era cruelresponder en lugar de su tía, ya sabrá sobre el fallecimiento deella, ¿no es así?. Una mujer con el velo alrededor de la cabeza lefulminó con la mirada, como si fuese una extraña o simplemente comosi andase desnuda por la calle. Más adelante había un grupo dechicos que se limitaron a mirarla de arriba a abajo aún hundiéndolamás. Sarah no aguantó ni un segundo más en la calle, aceleró elpaso, llegó a casa y se encerró en su habitación. Unas lágrimasle cayeron por la mejilla sin que ella lo permitiese, se sentíaculpable, pero la carta ya había sido enviada, en la próxima queella escribiera le diría la verdad, que fue ella quien leyó laprimera y la última carta que envió, y que fue ella misma quien lecontestó, no su tía. Pero ya lo haría, cuando le enviase otra...Si lo hacía. 

Las cartas de Adam #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora