Capítulo 21

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Dosaños después de haber recibido la primera carta de Adam lasfamilias Slimani y Mikaelson estaban desayunando juntos. Adam estabadentro de la Villa Verde preparando té Chai, su favorito. DanyMikaelson estaba allí, presente, leyendo el periódico para ponerseal día de todo lo que se había perdido. Antes era militar y notenía mucho tiempo que gastar con la familia por lo que habíadecidido utilizar ese tiempo de la manera correcta: con su hijo Adam.Durante las últimas dos semanas en Argelia les había explicado cómose había despertado después de su largo sueño y cómo no habíaencontrado a nadie a su lado. No recordaba nada de lo que le pasóasí que tardó en reaccionar y volver a casa.

Dossemanas había durado su viaje, su familia la había recibido con losbrazos abiertos y más tarde, cuando todos estaban sentados en elsofá empezaron a explicar uno por uno su versión. Pero seguían sinsaber cómo había llegado Dany a Siria. En todo ese tiempo no lehabían preguntado, querían que toda la situación se normalizaseantes de volver a abrir heridas.

Antesde marcharse de Siria se despidieron los tres de Karim, elperiodista. Él prometió visitarles durante las próximas vacacionesy les invitó a pasarse por su casa si iban a París.

—Entonces—dijo Inés interrumpiendo los pensamientos de Sarah—¿Adónde queréis ir el mes de agosto?

—¡ADisneyland!— gritó Lina casiescupiendo su taza de chocolate.

—Volvamostodos a Siria— dijo Inés conuna sonrisa en la cara. Todos la miraron, incluso Dany apartó sumirada del periódico. Sarah le miró y le negó con la cabeza.

—¿Estarásde broma?— dijo Danysonriendo.

—Vayámonostodos a Disneyland— dijo elpadre de Sarah. Lina gritó de la emoción—Veníos con nosotros Dany, nos lo pasaremos bien.

Todosempezaron a discutir el plan de viaje. Apareció Adam por la puertatrasera de la casa caminando hacia ellos. Las dos familias en eljardín.

—¿Dequé habláis?—preguntóAdam.

—DeDisneyland— respondieron.

—¿Vamosa ir?— preguntó ilusionado.

Sepusieron a reír todos. Formaban como una sola familia. Los Mikaelsonechaban de menos ver la mansión tan grande ahora que la compartían,pero sobre todo echaban de menos a Farah, que hacía mucho que no laveían.

Elrosal estaba seco. Hacía calor, buen tiempo. Y pasarían el veranode esta manera. Todos juntos, felices. —Papá,y a pesar de haber caído en coma. ¿Por qué razón fuiste a Siria?—preguntó Adam mientras echaba azúcar en su taza de té.

—Pues...—empezó Dany— Todo comenzócuando recibí una carta de...

Adamy Sarah se miraron. Y Sarah no escuchó nada más, se le nubló lavista. Miró hacia la Villa Verde pero no conseguía ver nada. Todoeso, el viaje a Siria, Adam, Karim, todo había pasado porque habíarecibido ella, y no otra persona, las cartas de Adam.



FIN

Las cartas de Adam #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora