2.Nuevos amigos

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En el resto de las clases me dediqué a prestar atención a la profesora de cada asignatura hasta que por fin sonó la campana del almuerzo.

Salí de la clase y comencé a caminar por el pasillo pero una mano tocando mi hombro me detuvo, consecuentemente me di la vuelta encontrándome con Sam y su sonrisa,me pregunto si no le duelen los mofletes de tanto sonreír.
Abrí la boca para preguntarle qué pasa pero se me adelantó.
- Quería saber si te gustaría sentarte con mis amigos y conmigo en nuestra mesa-dijo un poco nerviosa por cuál sería mi respuesta y justo en ese momento se me vino a la cabeza una idea diabólica, entonces solté una carcajada y observé la cara de confusión que tenía Sam.
-¿ Qué? ¿crees que me voy a sentar contigo cabeza tomate?- escupí con fingida burla notando como Samantha se tornó roja de ira por lo que volví a reír muy fuerte y decidí hablar antes de que se lo crea.
- Es broma tia- solté pero aún así Sam seguía seria- no me digas que te lo has creído, en serio es sólo una broma.
Finalmente apareció la sonrisa de Sam.
- ¿Cabeza tomate?- dijo burlándose de mi insulto.
-¡Oye! No quise decir algo hiriente.
-vale,vamos que nos esperan en la cafetería- contestó y nos dirigimos al lugar mencionado.

Al entrar, Sam no me dio tiempo para analizar el sitio ya que me agarró de la muñeca y salió corriendo hacia una mesa situada en el centro de la cafetería arrastrándome con ella.
-¡Hola chicos!- saludó animadamente.
-Hola Sam- saludaron los chicos de vuelta.
-Os presento a mi amiga Paula- dijo sonriendo otra vez- Paula, este es Daniel López- dijo señalando a un pelinegro - este es James Wood - dijo y señaló a otro pelinegro con ojos color miel- este Pablo Lorente-un castaño con ojos negros como la noche.
-Hola chicos- dije ya cansada de presentaciones.
-Aún no ha terminado, faltamos nosotros- dijeron dos chicos del grupo cuyos nombres desconozco.
-Yo soy Erick Gómez- dijo un rubio ojiazul con una sonrisa de diversión.
-Y yo me llamo David Peralta- se presentó su compañero el pelirrojo ¡¡Wow!! Su pelo es como el fuego. ¡Me encanta este color!
-Bien, yo soy Paula Mendoza y encantada de conoceros a todos.- dije harta de esto- Y por favor basta de presentaciones- solté ya sentada al lado de Sam.

Pasamos el resto del almuerzo bromeando y hablando de lo que le gustaría tener como trabajo a cada uno y cosas así hasta que Erick nos cortó.
-Chicos, esta noche hay fiesta en mi casa y estáis invitados.- dijo alegre.
-¿En serio? Es lunes y acabamos de empezar la semana- dije extrañada.
-Lo sé, pero no siempre mis padres están de viaje- me contestó guiñiéndome el ojo y yo capté el mensaje.
-O sea,fiesta sin permiso-habló Sam- me gusta la idea- comentó sonriendo y yo que pensaba que era simpática.
-Nos apuntamos- dijeron mediochillando los demás.
-Vale, yo también me apunto- solté insegura de mi decisión y para mi suerte en ese instante sonó la campana indicándome que se acabó el receso. Cada uno se fue a la clase que le tocaba.
¡Qué suertuda que soy! Me tocan las siguientes clases sola. (Nótese el sarcasmo).

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Mi padre vino a recogerme cuando salí del centro y ahora me encuentro en mi habitación poniéndome ropa deportiva después de terminar mis deberes.
Bajé al salón donde mi madre está viendo la televisión.
- mamá ,saldré a correr un rato-le dije para que no se preocupase si no me encuentra en casa aunque dudo que lo haga ya que no nos llevamos bien. Salí sin esperar una respuesta.
Estuve corriendo durante 15 minutos alrededor de un parque cercano a casa.
Luego de volver a mi hogar, me duché y decidí echarme una siesta de media hora.

Al despertarme vi en mi móvil que eran las 17: 30 y que tenía 2 llamadas perdidas de un número desconocido pero lo ignoré y decidí bajar a ver la tele un poco. De pronto un sonido proveniente de mi celular me detuvo en medio de las escaleras; es un mensaje del mismo número, decía:

Hola Pau, soy Erick.
Quería informarte de la hora a la que empieza la fiesta y supongo que tampoco sabes la dirección de mi casa.
Te veo a las 20:45 en la mansión Gómez, la avenida n°15.
Hasta ahora.

Vale. Se me había olvidado pedir datos sobre la fiesta pero lo que no pillo es; ¿De dónde diablos ha sacado mi número si no se lo dí a nadie salvo mis padres? Por este motivo tomé la decisión de contestarle:

Hola Erick, gracias por la información.
Pero tengo una pregunta para ; ¿Cómo tienes mi número si nadie más que mis padres lo tienen?

La respuesta de Erick no tardó en llegar:

Tengo mis contactos y gracias a ellos pude conseguirlo.

-¿En serio? ¿Pero este qué se cree?- murmuré para mí y solté un suspiro.

Pasé el resto de la tarde en la pequeña biblioteca que me regaló mi padre días después de mudarnos; es como una especie de regalo adelantado de cumpleaños, ya que es muy pronto

Sonó la alarma de mi teléfono recordándome que la había activado para prepararme para la fiesta pero sentía que algo hacía falta...pues ¡Claro!
-¡El permiso de mis padres!- exclamé dándome una bofetada mental y corrí hacia el despacho de papá; es el lugar dónde se encierra siempre desde la mudanza, es como su lugar sagrado.
Abrí la puerta después de que la voz de mi progenitor me lo permitiese y me adentré sentándome en la silla situada enfrente del escritorio.
-Papá, esta noche hay una fiesta en casa de un compañero del instituto, estoy invitada y me gustaría asistir.¿Qué te parece?
-Bueno...-dijo alargando la "o" -puedes ir pero te quiero en casa antes de las doce y media de la noche. ¿Entendido?
La voz autoritaria de mi pade me hizo asentir levemente aunque en realidad me sentía feliz porque voy a hacer amistades aquí en México.

Después de la charla que me dieron mis progenitores sobre que no debía beber, ni golpear a nadie, ya que se me ha vuelto una costumbre, y más cosas así, fui a mi habitación y me alisté para salir a las 20:30 porque resulta que la mansión de los Gómez queda a cinco manzanas de mi casa.

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Samantha Green en multimedia

Descubriendo mi otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora