Llegué a la dirección que me dijo Adela y era cierto, ahí se celebraban carreras clandestinas y peleas ilegales.
Con el dinero que me dio me acerqué al que anotaba a los participantes y recogía el dinero de las apuestas.
-¿ En qué soy bueno linda?- preguntó este.
-Voy a inscribirme en la carrera de esta noche y me verás seguido por aquí- le contesté mostrándole el dinero y depositándolo en su mano.
-¿Tu nombre?- me pregunto.
-P...- iba a decirle mi nombre pero me rectifique- Regina.
-Vas para la siguiente ronda- me dijo.
Corrí por primera vez entre muchos expertos y los nervios no me faltaban pero estoy muy orgullosa de mí, he ganado la primera carrera en la que participé y con eso 6 mil.
No ha sido fácil la verdad, aún siento la piel de gallina cuando recuerdo el momento en el que un tal Furioso me chocó con su moto, pues sí que estaba furioso el condenado, por poco y me saca de la pista pero gracias a mi agilidad lo esquivé y aceleré ganando así la carrera.
Apenas recibí el dinero salí pitando de ahí, pues no quería ningún enfrentamiento con nadie.
Regresé a casa y devolví la moto al garaje, después comencé a subir por la cuerda hasta llegar al balcón de mi habitación pero escuché ruidos en mi cuarto y vi la luz encendida aunque yo, antes de salir, la pagué.
-No está en el baño tampoco- decía Alex.
-¿Habrá salido sin avisar?- preguntó mi padre.
- No lo creo- dijo Adela- a lo mejor está en el jardín para tomar aire o en el gimnasio o en su biblioteca.
- Cierto, Alex tu ve al jardín, yo al gimnasio y Adela a la biblioteca.
- Vale - Contestó Adela.
Suspiré- aún no buscamos en el balcón- dijo Alex y escuché pasos acercarse.
-¡Estoy muerta! -susurré.
- Álex, no creo que esté en el balcón, además está cerrado.
- Adela tiene razón- contestó mi padre- cada uno a donde dije.Escuché cómo salían de mi cuarto y cerraban la puerta detrás suyo.
Saqué la llave de la puerta del balcón de mi bolsillo y abrí la puerta, seguidamente la puerta de mi cuarto se abrió y entró Adela.
-¡La próxima vez llévate tu móvil contigo! ¡¿No eres consciente de riesgo que corrió nuestro trato?!- gritó.
- ¡Vale! Pero no hace falta que me grites.
- Vale. ¿cómo ha ido la cosa?- me preguntó curiosa.
- Gané la carrera de la segunda ronda y una puesta de 6 mil - dije sacando el dinero de mi bolsillo y entregándole la mitad.
- Voy a distraerlos mientras cámbiate y sal al balcón en pijama y ponte los cascos, así tendremos una buena excusa - dijo y salió de la habitación.
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Descubriendo mi otra vida
CasualeMe llamo Paula Mendoza, tengo 15 años y con solo esta edad fui descubriendo poco a poco mi otra vida. Vivía con mis padres o eso creía yo hasta descubrir toda la verdad, desde ese día todo cambió, mi vida dio un giro de 180 grados, transformándome...